Tres de mayo y en el Congreso de la República se debate el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. Cientos de indígenas entran marchando a la Plaza de Bolívar, empuñando sus bastones.

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“A veces parece que a los mandatarios se les olvida que hay indígenas en Colombia”, dice Luis Alfredo Acosta, coordinador general de la guardia indígena, en entrevista algunos minutos después; “por eso estamos aquí, para exigir que los derechos fundamentales de los pueblos indígenas se vean reflejados en el Plan de Desarrollo”.

Mientras tanto, ciudadanos manifiestan opiniones en las redes sociales:

Los integrantes de la guardia se forman, conducen algunas maniobras, levantan sus bastones hacia el cielo. Se les ve con capucha, con botas pantaneras, con las pañoletas color verde y rojo que los representan, algunos traen sombreros campesinos y mochilas. Pero decir que sus bastones son “armas”, o que su manifestación es “violenta”, desborda por mucho lo que realmente puede verse en la plaza.

La guardia indígena está integrada por indígenas que se adhieren voluntariamente. La integran indígenas del Cauca, del Huila, de Nariño, del Chocó, del Meta, entre muchos otros departamentos, representando a más de 7 organizaciones indígenas y a los 115 pueblos indígenas del territorio colombiano.

“El acompañamiento de la guardia ha servido mucho”, dice la Senadora Aida Quilcué, “porque ayuda a darnos fuerza en los debates del senado y la Cámara de representantes”.

El 5 de febrero, tras meses de reuniones, implementando el derecho a la consulta previa, los pueblos indígenas concertaron con el gobierno la inclusión de 30 artículos y 231 acuerdos en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. Según Pablo Añokasi, Secretario Técnico de la Mesa Permanente de Concertación, eso responde a los derechos promovidos por el Artículo 93 de la Constitución, respecto a los tratados internacionales, y la ley 21 que ratifica el convenio 169 de la OIT de 1989, firmado por el Estado Colombiano, respecto a los derechos de los pueblos indígenas y tribales según la ONU.

“El mensaje único que le queremos enviar al resto de la sociedad”, dice Añokasi, “es que nosotros, a parte de ser indígenas, también somos ciudadanos y lo que queremos es instrumentalizar y desarrollar el pacto que todos suscribimos en 1991… Lo que queremos es hacer una colombia diversa, pluriétnica, multicultural, multilingüística y donde todos quepamos”.

La bandera color amarillo, verde y rojo se extiende a lo largo de las escaleras del Congreso que dan hacia la Plaza de Bolívar. Varias filas de guardias indígenas forman frente a ella, y por momentos se disgregan. La Viceministra del Interior está presente, dialogando tranquilamente con algunos de los líderes. Hay policías cerca, observando los movimientos de la guardia, que no generan ninguna alarma.

Ante el despliegue de twits y comunicados en redes sociales que pretenden vincularlos con guerrilleros y paramilitares, con grupos “armados”, los indígenas presentes se ven indignados y acongojados.

Descuidar los señalamientos que en estos momentos nos están haciendo,” dice el Mayor Orlando Rayo, Consejero Mayor de la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia), en un discurso amplificado para toda la plaza. “Tranquilos. Nuestra palabra es de vida, es de cuidado, es de administrar y seguir cuidando nuestros territorios para seguir manteniendo nuestros sistemas de conocimiento para seguir perviviendo como pueblos indígenas”.

“Hoy estamos aquí y seguiremos aquí defendiendo los derechos de todos los pueblos indígenas. Para todas las criaturas de nosotros allá en esos territorios lejanos, allá en las selvas, los desiertos, las sabanas, los ríos, las montañas, los nevados. De esos 115 pueblos indígenas, pero también de los otros colombianos que no se sienten reflejados aquí,” dice Rayo.

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Le pregunto a Acosta, el coordinador general de la guardia, por el símbolo del bastón. Él mismo lleva uno terciado al hombro, es eso, un bastón, ornamentado con los colores de la bandera de la guardia. “Cada uno tiene un bastón adentro, en su ser, que cuida la madre tierra,” dice Acosta. De eso es símbolo el bastón.

Le pregunto entonces si alguna vez la guardia usa armas de fuego. “El único fuego que usamos – dice Acosta – es el fuego de nuestros fogones, para cocinar la comida alrededor del fuego.”