Las autoridades continúan revelando más detalles sobre la vida que llevaba Darío Antonio Úsuga alias ‘Otoniel’, el narcotraficante más buscado en las últimas décadas y líder del Clan del Golfo, quien fue capturado el pasado sábado en medio de un fuerte operativo coordinado entre las fuerzas colombianas y estadounidenses. 

De acuerdo con las declaraciones en una rueda de prensa, del director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas, uno de los hechos que más sorprendieron a las unidades de inteligencia de la institución fue que Otoniel acudía constantemente a un supuesto rezandero o brujo, con el fin de que este lo pudiera proteger de la captura de las autoridades.

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“Otoniel se hacía rezar por parte de supuestos brujos. Esta estructura narcotraficante, incluyendo sus cabecillas y lugartenientes, también acudían a la santería. Entre eso se tejen muchos mitos y leyendas”, aseguró el general en Blu Radio.

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Entre otros datos sorprendentes, las autoridades también confirmaron que le pudieron hacer un estricto seguimiento a las comidas y todos los pequeños detalles de la rutina del narcotraficante. “Los alimentos eran llevados en pequeñas neveras y sabíamos qué iba en cada una de ellas, la calidad de la carne y el pollo. A él le gustaba mucho el armadillo”, agregó el policía.

Pese a ello, aseguraron que la comida de Otoniel no era calificada como ‘exótica’ pues en la región por donde se movía el alto cabecilla, el Urabá antioqueño, consumir este tipo de alimentos como el armadillo y el gurre (conocido como ñeque o guatín) es completamente usual.

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El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, finalmente aseguró que la búsqueda empezó hace más de 7 años, pero hace poco menos de 6 meses la estrategia cambió totalmente, enfocándose en desarticular su equipo de seguridad. Además, las autoridades creen que había hasta 8 anillos de seguridad que cuidaban al máximo dirigente, y que se encontraban entre 1 y 3 kilómetros de distancia.