No es común ver a un delincuente sonriendo cuando es capturado por las autoridades. Es un rasgo general verlos con cara de preocupación o asustados por tener que enfrentar a la justicia, incluso cuando deben responder por apenas uno o dos cargos. Cuando se ríen (y lo hacen con alguna frecuencia), se entiende como una burla a la sociedad a la que han agredido y a la justicia que los castigará.

Por eso, en el caso de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, máximo cabecilla de la banda criminal Clan del Golfo, verlo con una sonrisa dibujada el sábado pasado cuando cayó en manos de comandos especiales sorprendió. En Colombia tiene más de 120 órdenes de captura y en Estados Unidos tres cortes federales lo solicitan para que responda por varios delitos relacionados con el narcotráfico. Ya el presidente Iván Duque dijo que será extraditado. Podría enfrentar una pena de cadena perpetua. No es para reírse.

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El director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, aseguró este domingo que “si ‘Otoniel’ se estaba riendo, era del susto”. Este lunes, el comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, dijo que ese rictus del delincuente obedecía al nerviosismo por lo que se le viene encima, aunque también recordó que este tipo de criminales no son conscientes de la gravedad de sus delitos y de los daños que le hacen a la sociedad.

Lo cierto es que alias ‘Otoniel’ salió de la espesura de la montaña en Necoclí, esposado y escoltado por sus captores, pero con un semblante relajado, pese a que se dice que, incluso, padece de diabetes. Se vio siempre tranquilo, como si ese campesino bonachón que alguna vez fue nunca se hubiera metido a guerrillero, paramilitar y después a narcotraficante, dejando una estela de muerte y destrucción a su paso.

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Y con esa imagen se quedó el país, con un poco de desconcierto. Pero este lunes se conoció la foto de la reseña de alias ‘Otoniel’, y las cosas cambiaron, como si ahora sí entendiera la magnitud de los delitos por los que debe responder y se viera subiendo al avión que seguro lo llevará a Estados Unidos y preso de una de las drásticas prisiones de ese país.

En la imagen luce afectado, con un gesto más grave, severo. La línea de sus labios pasó de esbozar una sonrisa indefinida, a una preocupación clara. Su mirada parece un poco perdida. Ahora, en conjunto, en su rostro es claro el rictus de introspección, propio de quien reflexiona y trata de resolver problemas en silencio, de encontrar una salida cuando no la tiene.

Fotos de alias ‘Otoniel’ reseñado: