Varios de los gobernadores que asistieron a la Asamblea de la Federación Nacional de Departamentos (FND) el martes pasado esperaban que el presidente Gustavo Petro, que fue a esa reunión, les respondiera las inquietudes que le iban a plantear. El más inquieto quizá era el mandatario del Meta, Guillermo Zuluaga, preocupado por lo que pasa en esa sección del país.

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Después del encuentro con los gobernadores, el mandatario le informó al país, a través de Twitter, sobre esa reunión: “Hablamos de la emergencia climática, la reforma a la salud desde el enfoque regional, la seguridad, las fronteras, plan de desarrollo”.

Pero, a la luz del reclamo de Zuluaga, parece que el mandatario no le dio la importancia que se merece el tema de la seguridad en las regiones, seriamente afectada, en el caso del Meta y otros departamentos, por las disidencias de las Farc.

El gobernador del Meta, que habló en nombre de los mandatarios de Nariño, Chocó, Caquetá, Guaviare y Putumayo, entre otros, expresó su preocupación porque en sus territorios las disidencias de las Farc y los grupos paramilitares se apoderaron del control total del orden público.

“Las disidencias de las Farc se tienen casi tomado el sur del departamento del Meta”, le dijo Zuluaga a Petro. “Yo siento, presidente, como si lo estuviéramos perdiendo [al departamento]”.

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Aseguró que esos grupos delincuenciales “están convocando a reuniones a presidentes de juntas de acción comunal, obligados. Los citan que vayan con ropa y provisiones para estar tres días”. Incluso, “los están obligados a estar carnetizados”.

“Las extorsiones se han quintuplicado. La gente ya no aguanta, nos están cerrando negocios. La gente se está yendo”, lamentó el mandatario regional. “En Mesetas hay romerías de gente. Todos los días van, cuarenta o sesenta comerciantes, ¡en las narices de la fuerza pública!”, a pagarles las extorsiones a las disidencias de las Farc.

“Y los ciudadanos le preguntan al gobernador: ‘¿Y ustedes qué están haciendo?’. Porque es que frente al batallón en Mesetas pasan todos los días carros con extorsiones a pagarles a los señores de las disidencias”, terminó Zuluaga al pintar el grave panorama de su departamento.

El presidente Petro no respondió en ese mismo escenario. Después, en Yarumal (Antioquia) dijo que “el concepto del cese al fuego tiene que integrar otros elementos que […] se necesitan para que el proceso pueda dar el resultado eficaz”.

Para que su idea de “paz total” tenga éxito, Petro aseguró que es indispensable que los grupos armados interesados en acogerse a ese proyecto no solo frenen sus acciones contra el Estado, sino, sobre todo, contra las comunidades en las que operan. “No es, solamente, el cese de hostilidades entre grupos armados, sino el cese de hostilidad a la población civil”.