En medio de un estricto protocolo, unos 40 jóvenes del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez de Bogotá (Idipron) desplegaron sus habilidades cantando y bailando diferentes ritmos ante la mirada complacida del obispo de Roma.

Además de bailar y cantar también le entregaron al pontífice toda suerte de regalos mientras este les respondía con una sonrisa que se prologó ininterrumpidamente en los más de diez minutos que duró la presentación.

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Los jóvenes, algunos vestidos de camiseta blanca y pantalones azules, otros con trajes típicos de la costa caribe colombiana, comenzaron a ejecutar el espectáculo que prepararon por más de tres meses y que pese a los nervios propios del momento, se desarrolló con naturalidad y sin sobresaltos.

Primero, fue con una puesta en escena de una coreografía y una canción de hip hop, donde mostraron su agilidad para moverse y cantar.

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Francisco los observó desde una pequeña tarima ubicada al lado de la entrada de la Nunciatura, donde luego recibió de manos de los jóvenes una ruana, una especie de poncho tradicional para defenderse del frío andino; un velón, que significa la luz que el papa es para todos sus seguidores, y un vitral, para recordar la confianza que tienen los jóvenes en él.

En el lugar había un palco de prensa y vallas en ambos lados que separaban a los feligreses de la puerta de entrada, custodiada por dos cadetes de la Escuela Militar José María Córdoba.

Allí fue donde el papa no dudó en enfundarse en la ruana y bendijo a quienes les entregaron los obsequios, algunos de los cuales recibieron incluso un rosario que seguramente guardarán como un tesoro el resto de sus vidas.

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Leidy Berrío, que hizo parte del espectáculo tocando un tambor hecho con un bote de basura decorado con figuras geométricas, dijo que fue muy emocionante el momento de la presentación porque considera que mostrarle su trabajo al papa es como hacerlo “frente a un rey”.

“Es muy emocionante porque fuimos los escogidos para recibir con cariño y con calor al papa”, aseveró Berrío, quien explicó que su agrupación hace música con instrumentos musicales reciclados, como botellas, tarros, canecas “y lo que sea”.

Aseguró además que a pesar de no haber podido tocar al papa, sí tuvo un contacto visual con él y aseguró que incluso le sonrió.

“Hay mucha gente que quiere estar encima de él, pues estuvimos muy cerquita y le pude sonreír y él me sonrió”, dijo con voz emocionada.

También asistieron a la llegada del papa a la Nunciatura miembros de grupos como Familias de la Misericordia, un grupo de laicos y sacerdotes católicos que se dedican a hacer obras en favor de los más necesitados, así como padres y monjas que vinieron de diferentes partes del país a recibir al sumo pontífice.

El papa Francisco comenzó hoy en Bogotá una visita de cinco días que lo llevará también a las ciudades de Villavicencio, Medellín y Cartagena, de donde partirá el próximo domingo.

EFE