El medio afirma que el defensor se llama Héctor Alfonso Carvajal, tiene 68 años, es del Valle del Cauca, fue conjuez de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y ha llevado procesos de polémicos personajes como Oneida Pinto, exgobernadora de La Guajira, y el clan Aguilar de Santander.

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Igualmente, detalla en qué momento el hombre “ganó tanto poder” y pasó de ser un “desconocido” a “uno de los abogados más influyentes del país”, y cuyo “poder se disparó” desde junio de 2022. Y es que la publicación asegura que el personaje tiene muy  buenos contactos con magistrados y altos funcionarios, entre ellos el presidente Gustavo Petro, del que “es cercano” y al que le prestó su apartamento para tener la más reciente reunión con Álvaro Uribe. Antes, además, le habría prestado su oficina, para el primer encuentro de dichos políticos.

 

Pero no solo es allegado de Petro —del que fue abogado cuando este era alcalde de Bogotá y el entonces procurador Alejandro Ordoñez lo destituyó—, también tiene su historia con Uribe: fue el defensor de sus hijos, Tomás y Jerónimo Uribe, en uno de sus líos por el negocio de la Zona Franca, aseveró la citada fuente, y agregó unas frases para resumir cómo eso habría favorecido a Carvajal y su futuro, de cara a la salida de Barbosa de la Fiscalía (le queda alrededor de un año).

“Esa improbable jugarreta del destino lo llevó a un lugar que posiblemente no tenga ningún otro colombiano: estar al tiempo en el corazón de Petro y en el de Uribe. […] El dueño de casa parece ser el mayor ganador de estas reuniones. […] El hecho de haber prestado su oficina para la reunión y la foto que nadie esperaba de los dos viejos adversarios conversando civilizadamente, valorizó al abogado, al punto de que hoy es visto como el candidato más opcionado a convertirse en el próximo fiscal General de la Nación”, dijo el medio, y puntualizó que esa elección le convendría al presidente y al expresidente.

“La elección de Carvajal en la Fiscalía sería un negocio en el que Uribe y Petro ganarían por partes casi iguales. El primero lograría espantar uno de sus mayores temores —la designación de un jefe del ente acusador que él considere enemigo, es decir que aplique estrictamente el código—, mientras el segundo se anotaría una carambola: no solamente tendría sentado en el búnker a un fiscal de su entera confianza sino que su mayor opositor le quedaría debiendo el favor de la vida”, puntualizó el medio.

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Además de los datos personales y profesionales básicos suministrados por Cambio y resumidos en el primer párrafo de esta nota, se sabe que Carvajal es abogado especializado en Derecho Administrativo de la Universidad Militar.

Eso informó Kienyke en un artículo en el que señaló que el hombre también ha sido defensor de Daniel Quintero, alcalde de Medellín, y tiene su propia firma de abogados, Carvajal Londoño.

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