Y es que lo que encontró el informe ‘Persiguiendo fantasmas’, divulgado este miércoles por el cabildante de la Alianza Verde, avanza poco en explicar lo que realmente pasó esa noche, pero evidencia una serie de vacíos que no han permitido que se conozca toda la verdad.

Solicitando información a la Policía y el Ejército, revisando reportes de periodistas y redes sociales, y cotejando declaraciones oficiales del entonces alcalde Enrique Peñalosa y el presidente Iván Duque, las conclusiones a las que llegaron son principalmente cuatro.

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La primera es que “No hay evidencia que demuestre la judicialización de alguna persona por ‘vandalismo’ esa noche”, tal como reconoció la Policía Metropolitana de Bogotá. Incluso se llega a la conclusión de que los supuestos intentos de saqueo y vandalismo se quedaron en eso: intentos, o simulaciones.

De hecho Peñalosa informó la madrugada del sábado 23 de noviembre que se trataba de una “campaña orquestada para crear terror”; una afirmación que se quedó ahí y de la que no hay evidencia de que se hubiera derivado una investigación formal: “Según las respuestas a los derechos de petición, ni la Policía, ni la Fiscalía General de la Nación realizaron monitoreo alguno sobre la (falsa) información que circulaba en redes sociales“, indica el documento de Cancino y CyC.

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De lo anterior se desprenden las otras tres conclusiones del informe: no se ha dicho toda la verdad, las autoridades competentes se contradicen sobre lo sucedido y “no hay transparencia y rendición de cuentas clara al respecto”.

Por ejemplo, la Fiscalía habla de “526 noticias criminales sobre hurtos”, mientras que la oficina de asuntos jurídicos de la Policía Metropolitana respondió en dos fechas distintas con datos muy dispares: en la primera habla de “15 capturas: 7 por hurto contra personas y 3 por hurto contra residencias”, además de 2 más por hurto a establecimientos comerciales. En la segunda, dice que “se presentaron 40 casos de hurto contra establecimientos de comercio y 6 capturas”.

Ese sábado, el general Óscar Atehortúa también dijo que 337 personas fueron conducidas por violar el toque de queda en Bogotá y Cali y señaló que 13.000 policías estuvieron en las calles garantizando el cumplimiento del toque de queda. Además, prosigue el informe, la Policía también niega que hubiera hecho “patrullajes mixtos” con el Ejército, pese a que el presidente Duque y el alcalde Peñalosa agradecieron a ambas instituciones por haberlos llevado a cabo.

A esto se suma que incluso hubo testimonios de personas que aseguraron que quienes creaban la zozobra estaban relacionados con la Policía, tal como sucedió con algunos hechos que finalmente no quedaron claros durante el paro nacional que originó el toque de queda.

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‘Persiguiendo fantasmas’ concluye formulando una serie de preguntas sobre lo que sucedió e incluso pide que sea la administración de Claudia López la que colabore para esclarecerlas: “¿A quiénes se refería el entonces alcalde Peñalosa cuando afirma que el miedo fue orquestado? ¿Hubo actuaciones ilegales de la Policía? ¿Quiénes promovieron el miedo en las redes? ¿Ocurrieron graves violaciones a los derechos humanos por parte de miembros de la fuerza pública? Acá hay un evento sistemático para generar pánico y violar derechos humanos ¿Cuál era el plan? Y, ¿quién o quiénes salieron beneficiados con esto?”.

Aunque los hallazgos del cabildante y la firma encuestadora pueden llevar a dudar de que lo sucedido fue todo un teatro de ficción, esta afirmación puede resultar apresurada pues se evidencian intrigantes vacíos en los informes oficiales. Además, esto se contradice con decenas de testimonios de civiles y periodistas que sí evidenciaron situaciones de peligro esa noche.

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Pulzo constató que en algunos barrios hubo afectaciones estructurales en algunos conjuntos residenciales, como vidrios y puertas rotas. Además, se escucharon disparos, corridas de individuos sin identificar que aparentemente estaban violando el toque de queda en las calles. Sobre todo, fue real fue la zozobra generalizada que no se limitaba a lo que se veía en las redes sociales, como sugirieron incluso en su momento algunos expertos.