La troncal del Tequendama es una de las vías que ha dado de qué hablar en los últimos días. En la madrugada del 21 de septiembre se conoció que un vehículo Aveo rojo, modelo 2012 de placas RMW 778, cayó en el kilómetro 8 de la vía Soacha – Mesitas del Colegio.

En este accidente perdió la vida un hombre de 48 años identificado como Gerardo Segura, quien era dueño de uno de los restaurantes más reconocidos del municipio de San Antonio del Tequendama, en Cundinamarca.

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Defensa
Debido a la topografía del terreno, esta vía cuenta con curvas pronunciadas que implican maniobras de cuidado para quienes conducen.

Una de las hipótesis iniciales hablaba de un presunto doble suicidio o un suicidio consumado; la primera se descartó al confirmar que solo el conductor iba en el vehículo. La segunda sigue en investigación luego de que un testigo afirmara que el automotor presentaba fallas mecánicas, motivo que pudo causar el incidente.

Sin embargo, ese no es el único caso. En lo que va del año se han registrado más de 60, con una sola muerte (el caso del señor Segura). Entre ellos, en la mañana del pasado sábado, 1 de octubre, se reportó un accidente similar en el cual se vieron afectadas cuatro personas que viajaban en un carro.

De acuerdo con el reporte del subteniente Christian Quiroga, comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Antonio del Tequendama, a la altura del mismo kilómetro y en la misma vía, un automotor se volcó y terminó en el fondo de un abismo de 100 metros.

Con este panorama, desde la sección Bogotá de El Espectador, le pusimos la lupa al estado de esta troncal de 76,5 kilómetros que une a los municipios de Soacha con Tocaima y consultamos a expertos para conocer las recomendaciones que hacen a quienes deben transitar por el sector.

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De acuerdo con el comandante Quiroga: “En este momento tenemos un aproximado de más de 60 incidentes de tránsito que se han atendido en el corredor vial. Sin embargo, aunque la cifra es alta, no representa un aumento frente a los casos registrados en años anteriores”, afirma.

Cabe señalar que debido a la topografía del terreno, esta vía cuenta con curvas pronunciadas que implican maniobras de cuidado para quienes conducen. Tal es la frecuencia de incidentes que las entidades de atención de emergencias como el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, la Cruz Roja, el equipo de atención prioritaria del Hospital San Luis y los bomberos de Soacha trabajan articuladamente en la asistencia de las mismas.

A esto se suma el clamor de los habitantes del sector, quienes afirman que en reiteradas ocasiones han pedido que se instale señalización no solo en las curvas sino antes de ellas, petición que incluiría también la construcción de reductores de velocidad. Se trata de un aspecto en el que es clave señalar que la recomendación es transitar con una velocidad promedio inferior a los 60 km/h.

Es importante mencionar también que esta vía está en proceso de transición dado que la empresa de operaciones Concay, S.A. que antes realizaba el mejoramiento vial ya no seguirá y ahora lo hará directamente la Gobernación de Cundinamarca.

“Conocemos que se han hecho todos los trámites jurídicos y de contratación para los mantenimientos preventivos del estado de la vía. No obstante, en este momento se están haciendo obras de mantenimiento e intervención y esto no solo reduce la movilidad, sino que implica un cuidado adicional, entendiendo la construcción temporal de algunas zonas”, explica Quiroga.

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Según Carlos Cuervo, habitante del sector desde 1994 y administrador de la Casa Museo Salto del Tequendama, otro aspecto que puede influir en la accidentalidad es que en el argot popular se ha compartido el rumor de que en la zona asustan y por ello muchos no respetan la velocidad recomendada:

“Si bien eso es un decir, puede que influya en quienes creen en esas cosas. Pero lo cierto es que estamos sobre una falla geológica que genera rupturas en el pavimento y derrumbes. Por ello es clave que se piense en aumentar la señalización no solo de curvas, también para el paso de diferentes especies. Se han demorado en realizar demarcaciones de espacios patrimoniales y reductores de velocidad“, comenta, agregando que al ser un cordón boscoso desde la gobernación se debería pensar en un proyecto de inversión para iluminar la vía.

Lo cierto es que hasta el momento el número de accidentes está en aumento y desde las autoridades se deben generar estrategias para reducir las cifras. No bastará con enviar a policías de tránsito durante media jornada, como denuncian los vecinos de esta zona, quienes exigen soluciones de base.