El expatrullero, al que la Fiscalía le imputó los delitos de homicidio agravado y tortura junto a su compañero Juan Camilo Lloreda por la muerte de Javier Ordóñez, se habría intentado quitar la vida, de acuerdo con el noticiero, en el búnker de la Fiscalía; sin embargo, hay indicios de que se puede tratar de una estrategia de la defensa y no de un trastorno real.

El medio conoció “de buena fuente” que el patrullero presentó, en cuanto lo capturaron, presuntos desórdenes psicológicos, por lo cual se habría solicitado que un especialista lo examinara. Luego del mencionado intento de suicidio, Rodríguez fue trasladado a la clínica de la Policía para luego ser conducido a una clínica en el norte de la ciudad, especializada en psiquiatría y psicología (donde continúa en observación).

El informativo pudo determinar, además, que el apoderado de Rodríguez entregó un certificado médico en el que se le diagnostica una supuesta artritis degenerativa, lo que, según su defensa, haría imposible que el expatrullero hubiera golpeado a Javier Ordóñez hasta llevarlo a la muerte, hecho que puso en tela de juicio el noticiero gracias a un video en el que se ve a este sujeto moviéndose sin aparente dolor.

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No ha ido a las audiencias en persona

En la audiencia virtual de legalización de captura, de acuerdo con el medio, se puede ver a Rodríguez en lo que parece ser un corredor de una clínica, lo que confirmaría que la defensa argumentaría la inimputabilidad del patrullero. Sin embargo, en una primera observación que habría ordenado el CTI cuando lo capturó, el examen médico no reportó nada irregular en su conducta, ni antecedentes psiquiátricos.

Rodríguez, de 30 años de edad, es uno de los dos policías del video en el que quedó evidenciado el sometimiento al estudiante de derecho con armas eléctricas en la noche del pasado 9 de septiembre en el barrio Villa Luz, de Bogotá, hecho que produjo protestas violentas en toda la ciudad.