En el coliseo Carlos Mauro Hoyos de Medellín permanecen albergadas temporalmente cerca de 198 familias indígenas de la comunidad embera katío, integradas por 780 personas. En su mayoría llegaron desplazadas por la violencia en el Alto Alto Andágueda, departamento de Chocó.

(Vea también: Supuesto brujo de Antioquia fue enviado a prisión: mujer murió en uno de sus ritos)

Después de entrar violentamente y vandalizar la Alcaldía de Medellín reclamando mayor atención de las autoridades, los indígenas llegaron a un acuerdo con la administración municipal sobre la presencia de menores de edad en las calles. 

Aunque el alcalde Daniel Quintero había dicho que no permitiría que los niños indígenas estén en labores de trabajo, las partes acordaron que la comunidad embera pueda seguir vendiendo artesanías con presencia de bebés entre los 0 y 2 años.

Según la Alcaldía, no se puede separar a las madres indígenas de sus hijos pues estos podrían sufrir desnutrición por la falta de lactancia. Incluso, recordó que dos menores embera fue hospitalizados por desnutrición crónica.

Según el acuerdo, los niños de 2 años en adelante no podrán ser usados para pedir dinero, vender artesanías, bailar en semáforos ni en otras actividades que son comunes en esta población. 

“El horario permitido va desde las 7:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, después de esta hora está prohibido, como también está prohibido que los niños de esta población, mayores de 2 años, salgan con ellos a realizar cualquier tipo de actividad”, dijo en rueda de prensa Martín Tequia Manugama, representante de la Asociación de Cabildos Indígenas embera katío. 

El acuerdo logrado con esa población regirá hasta que se coordine el retorno voluntario al departamento de Chocó. Del total de las familias, solo cinco han manifestado que se quedarán en la capital antioqueña.