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El programa de pico y placa en Armenia, Quindío, ratificado para el año 2025, representa una estrategia clave en la administración del tránsito y la reducción de la congestión vehicular. La medida se traduce en la restricción de circulación de vehículos particulares y motocicletas, conforme al último dígito de la placa, y busca aliviar la presión sobre las principales vías del centro y otras zonas estratégicas. Para el martes 30 de septiembre, la restricción aplica para aquellos automotores cuyas placas finalicen en 7 y 8. Los horarios y ubicaciones afectados están diseñados para optimizar el flujo vehicular durante las horas de mayor demanda, especialmente desde la mañana hasta la tarde, según reporta información local.
Esta política, adaptada en varias ciudades colombianas desde la década de los noventa, tiene el respaldo de estudios del Ministerio de Transporte de Colombia, que evidencian una disminución inicial de la congestión tras su aplicación. No obstante, estos análisis también señalan que el efecto puede diluirse con el tiempo si no se realizan ajustes periódicos, pues los conductores tienden a modificar sus horarios o rutas habituales, desplazando el problema en vez de resolverlo completamente. Expertos del Observatorio de Movilidad Urbana de la Universidad Nacional de Colombia enfatizan la importancia de acompañar la restricción vehicular con un fortalecimiento del transporte público y el estímulo de alternativas como la bicicleta para lograr un resultado perdurable en la movilidad urbana.
En Armenia, el esquema vigente distribuye la restricción semanalmente: lunes para placas terminadas en 5 y 6, martes 7 y 8, miércoles 9 y 0, jueves 1 y 2, y viernes 3 y 4. Las restricciones oscilan entre un horario extendido en el centro (de 7 a.m. a 7 p.m.) y franjas horarias en otras áreas, ajustándose a los flujos identificados como más problemáticos para el tránsito. Al comparar con ciudades como Bogotá, se observa que el enfoque de Armenia es más estático, mientras que la capital implementa variantes digitales y monitoreo en tiempo real, optimizando la eficacia de la restricción según datos de la Secretaría Distrital de Movilidad.
No obstante, la política de pico y placa no es ajena a controversias. El Espectador ha documentado cómo su aplicación diaria incide en la rutina de sectores económicos y sociales menos favorecidos, incluso promoviendo la adquisición de más vehículos para eludir la restricción, un fenómeno que puede anular los beneficios medioambientales buscados. Por eso, las autoridades de Armenia planean expandir la modernización del transporte público e impulsar campañas de sensibilización, con el fin de fomentar un uso más racional del automóvil particular.
Este tipo de medidas se enmarca además en las tendencias internacionales en ciudades con retos similares de contaminación y congestión. Uruguay, México y Francia han adoptado estrategias que integran restricciones vehiculares con sistemas de movilidad compartida y cobros por circular en ciertas zonas. Los informes de ONU-Hábitat sobre políticas de movilidad urbana sustentable sugieren que la experiencia de estas urbes puede ofrecer a Armenia y otras ciudades colombianas herramientas valiosas para construir un modelo más integral, donde se equilibran el descongestionamiento vial, la equidad social y la sostenibilidad ambiental.
¿Qué efectos tiene el pico y placa en el transporte público?
El impacto del pico y placa sobre el transporte público suele ser tema de debate en ciudades donde esta medida se encuentra activa. La reducción de circulación de vehículos particulares puede conducir a un aumento en la demanda de servicios colectivos, en ocasiones superando la capacidad instalada de buses y sistemas de transporte masivo.
De acuerdo con el Observatorio de Movilidad Urbana, para que el efecto sea positivo y sostenido, resulta fundamental que el transporte público reciba inversiones constantes y mejoras en frecuencia y cobertura. Sin estas acciones paralelas, los usuarios pueden verse afectados por aglomeraciones y mayores tiempos de espera, reduciendo la aceptación de la restricción vehicular.
¿Por qué algunas personas compran más de un vehículo ante el pico y placa?
El fenómeno conocido como “doble placa” se refiere a la tendencia de ciertos conductores a adquirir un segundo vehículo para eludir la restricción diaria. Este comportamiento ha sido señalado tanto en Armenia como en otras ciudades del país y pone en entredicho la eficacia ambiental de la medida.
El Espectador ha reportado que el aumento de autos en circulación puede así contrarrestar las ganancias en reducción de congestión y contaminación, mientras genera nuevas inequidades sociales, ya que solo quienes tienen mayores recursos económicos pueden acceder a esta vía de excepción. Frente a esto, el fortalecimiento de políticas integradas y de transporte alternativo se presenta como una de las respuestas institucionales más discutidas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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