
El debate entre el presidente Gustavo Petro y el Subsecretario de Salud Pública, Julián Alfredo Fernández Niño, sobre el riesgo de fiebre amarilla en la capital, subió de tono luego de un nuevo pronunciamiento del jefe de Estado en la red social X (antes Twitter).
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Petro aclaró sus declaraciones previas y acusó a los críticos de ignorar el impacto real del cambio climático en la propagación de enfermedades como la fiebre amarilla.
Todo comenzó cuando Petro advirtió el martes 15 de abril que está contemplando decretar la emergencia sanitaria y económica por el aumento de Fiebre Amarilla en departamentos como Tolima. Además, señaló que la capital no había configurado los equipos básicos de salud, lo que obstaculizaría una respuesta eficiente ante un eventual brote, según Petro.
La afirmación causó reacciones inmediatas entre ellas la de Carlos Fernando Galán respondió que Bogotá no es zona de circulación del virus, quien compartió las declaraciones de su funcionario Fernández Niño.
“No hay transmisión de fiebre amarilla. El motivo por el cual Bogotá vacuna es por que se esa manera protegemos a los residentes, pero también a personas en transito de todo el país”, explicó Fernández.
El oficial también rememoró que desde marzo, la capital ha intensificado la vacunación, consiguiendo administrar más de 19.000 dosis de vacuna contra la fiebre amarilla en ese mes, sobrepasando incluso los objetivos del año anterior.

Respuesta de Gustavo Petro a alcaldía de Bogotá
En respuesta a las críticas, Petro publicó un nuevo mensaje en X que subraya la urgencia del tema y señala directamente lo que considera una postura negacionista frente al cambio climático:
“Este es simplemente el negacionismo sobre la crisis climática. No he dicho que en Bogotá hay transmisión de fiebre amarilla, pero la puede haber por el viaje de bogotanos a zonas de riesgo”, escribió el mandatario.
Y agregó:
“Si el mosquito se comportara como antes, no habría infección en las zonas cafeteras. Pero hoy la hay, porque la temperatura promedio aumentó en virtud de los gases de efecto invernadero”, aseguró Petro.
Petro argumenta que el riesgo no radica solo en la presencia o ausencia del vector en Bogotá, sino en la movilidad de personas entre ciudades como Melgar —donde ya hay casos— y la capital, lo que podría facilitar la entrada del virus.
“Solo se necesita que los mosquitos se metan en los carros”, enfatizó.
Finalmente, el presidente insistió en la necesidad de implementar un correcto protocolo de vacunación frente a los casos confirmados por las autoridades sanitarias.
“Por eso la emergencia tiene que venir contrarrestada a través de la prevención en todo el país. Y Bogotá debe prevenir. Irresponsabilidad sería no hacerlo.”, concluyó.
Este es simplemente el negacionismo sobre la crisis climática. No he dicho que en Bogotá hay transmisión de fiebre amarilla, pero la puede haber por el viaje de Bogotanos a zonas de riesgo.
Si el mosquito se comportará como antes, no habría infección en las zonas cafeteras. Pero… https://t.co/74o8DnN1bs
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 16, 2025
¿Qué dice la ciencia sobre la crisis climática?
La controversia ha expuesto un choque entre la visión del Gobierno nacional —que enfatiza la crisis climática como una amenaza creciente— y las autoridades locales, que insisten en que Bogotá no reúne las condiciones ecológicas para que el mosquito transmisor se establezca.
Expertos del Ministerio de Salud y la Secretaría Distrital de Salud han reiterado que la altitud de Bogotá (más de 2.600 msnm) actúa como barrera natural para la presencia del Aedes aegypti, el principal vector. Sin embargo, no descartan la necesidad de vigilancia, especialmente en escenarios de movilidad intensa.
El funcionario también recordó que la capital ha vacunado intensamente desde marzo, logrando aplicar más de 19.000 dosis de vacuna contra la fiebre amarilla en ese mes, superando incluso las metas del año pasado.
Invitación a incrementar la vacunación contra fiebre amarilla
A pesar de las diferencias discursivas, tanto el Gobierno nacional como el Distrital coinciden en un punto: la vacunación es la mejor herramienta de prevención. En Bogotá, ya se han aplicado más de 19.000 dosis en lo corrido del año, y se mantienen campañas dirigidas a personas que se desplazan a zonas endémicas.
También se han intensificado las acciones de monitoreo epidemiológico en regiones como Tolima y Cundinamarca, donde sí se han confirmado casos recientes.
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