En las imágenes compartidas por Zona Cero se aprecia a los policías persiguiendo al carro Mazda 3 gris que es conducido con exceso de velocidad. En ese vehículo se transportaba el prestamista Juan Ricardo Carvajal Vargas, alias ‘el Diablo’, contra quien hay 6 denuncias por abuso sexual a niños de entre los 7 y 11 años.

Mientras los agentes conducen a la misma velocidad y esquivando otros vehículos para no perder al indiciado, se escucha que el policía (que iba como copiloto) dice desesperado:

“Modula la Sijín, hermano. Vía al mar, vía al mar. Hay un 9-42 [accidente de tránsito], acabó de matar un ‘man’ acá, hermano”.

Eso lo mencionó mientras se ve a un hombre tendido en la mitad de la vía, del que se desconoce si fue arrollado por Carvajal Vargas.

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Luego, se escucha que el policía le insiste a los comandos centrales que bloqueen la vía al mar, pues el delincuente se aleja. Incluso se observa en el video que el agente saca su pistola por la ventana.

Mientras avanzan por la importante avenida se aprecian unas patrullas de la Policía de Tránsito deteniendo un camión.

Finalmente, el acusado violador en serie decide detenerse, mientras los agentes de la Sijín le cierran el paso con su carro y el copiloto se baja, le apunta con la pistola y le grita: “Pare, paisano, pare. Bájese del carro paisano. ¡Bájese!”.

En ese momento, los policías confirman las capturas a alias ‘el Diablo’ y Laura Marcela Guarín Gómez -según la Fiscalía la cómplice en los vejámenes sexuales- por los delitos de “acceso carnal abusivo y actos sexuales abusivos con menor de 14 años”indica El Heraldo.

Durante la detención, se ve en la grabación, los uniformados encontraron encaletada en la parte delantera del carro una pistola y varias cajas de munición.

De acuerdo con la Fiscalía, Carvajal Vargas también hacía parte de una organización ilegal de prestamistas ‘gota gota’ denominada ‘los cascones’.

Durante la audiencia de imputación de cargos, en la que los dos indiciados fueron enviados a la cárcel, dice el diario local que un fiscal reveló:

“Aprovechando su condición económica y en compañía de Laura Marcela, quien lo complacía en sus aberrantes deseos sexuales, abusó sexualmente de niños y niñas entre los 7 y 11 años, algunos de los cuales eran de su núcleo familiar, mientras la indiciada les hacía actos sexuales de manera despiadada, y sin atender el llanto de sus víctimas, a consecuencia del inmenso dolor que sentían; y posteriormente los engañaba comprándoles juguetes y ropas”,