En un principio fueron cerca de 50 personas las que se instalaron frente a la fachada de lo que dice ser la iglesia cristiana del pastor Eduardo Betancur, esperando la comida, indicó Noticias Uno.

No obstante, poco después más de 100 personas (entre los extranjeros, familias del barrio Santa Fe y habitantes de calle) se aglomeraron sin ninguna protección sanitaria —señaló el informativo—, para recibir la ayuda que se había anunciado.

El pastor Betancur dijo en el noticiero que repartió 200 pollos crudos, que le envió el Banco de Alimentos, y 200 platos de consomé “con muy buenas presas”, aunque reconoció que no se cumplieron con las medidas de protección que el Gobierno ha indicado para prevenir la propagación del COVID-19.

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“Sí, muy pegados, pero es que el hambre aquí en el barrio Santa Fe —en zona de tolerancia— toca así por el hambre. Los que puedan estar en su casita que no salgan. […] Pero ellos… ¡No tienen casa mucho de ellos!”, manifestó el líder de la iglesia.

Lo cierto es que esta medida, que podría tener un impacto positivo inmediato, podría resultar contraproducente en un futuro teniendo en cuenta que la aglomeración —y mucho más sin medidas de protección— puede propagar el mal. Entre más personas afectadas, menos pacientes serían atendidos y, por lo mismo, la mejor forma de cuidar al otro es acatar la medida del aislamiento, que además es obligatoria.

Sin embargo, las autoridades llegaron hasta el lugar pero no pudieron hacer nada para disipar a la multitud, indicó el medio.