Y no le pregunta por la dictadura, por los presos políticos, por la represión, por la censura de prensa, sino por cosas “más cotidianas”, como el hambre y el desabastecimiento:

¿Será el hecho de que la economía venezolana se ha contraído casi un 30 por ciento en los últimos cuatro años, declinación a menudo vista solo en tiempos de guerra?

¿Será el hecho de que la pobreza en la República Bolivariana, que cayó durante la década de 2000, ha superado ya los niveles pre-Chávez, con más de tres de cada cuatro venezolanos que viven con necesidades y la mitad de la nación sufriendo pobreza extrema?

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¿O será que las Farc ya conocen que un estudio reciente de tres destacadas universidades venezolanas que encontró que la mayoría de los venezolanos ya no pueden cumplir con las recomendaciones de ingesta de al menos 2.000 calorías diarias?

Algunas de estas preguntas las hace Botero en su columna de El Espectador en la que cuestiona al jefe guerrillero quien en una entrevista con el canal NTN 24 expuso su preferencia por el modelo de Chávez y Maduro.

Dice Botero en su columna que actualmente Venezuela tiene una deuda externa de 140 mil millones de dólares, casi el mismo valor del PIB del país. Y señala que a pesar de las inquietudes internas, el país se ha dedicado a pagar esa deuda y no a invertir en bienes para sus ciudadanos.

La razón de Venezuela de no acudir a una moratoria tiene que ver con que la mayoría de la deuda externa está es en manos de los mismos chavistas, que obviamente prefieren que primero pase hambre el pueblo antes de ver comprometidas sus inversiones en dólares”,

asegura Botero.