La exitosa investigación sobre el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en Barú, jurisdicción de Cartagena, que permitió la captura de cinco personas, cuatro de las cuales ya aceptaron cargos, ha encontrado tropiezos para dar con un sexto integrante de la banda, que habría sido el conductor de la moto acuática que transportó al sicario hasta su víctima, y que habría huido a Venezuela.

El individuo, identificado por la Policía colombiana como Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, de nacionalidad venezolana, sería el último integrante de la banda criminal que llevó a cabo el atentado en Barú que acabó con la vida de Pecci, importante fiscal de Paraguay contra el crimen transnacional. Los determinadores también están siendo buscados por la Interpol en los 196 países que conforman esa organización.

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Los primeros indicios apuntan a que Salinas Mendoza escapó, después de ejecutar el asesinato, hacia Venezuela. Para dar con su paradero, el director de la Policía de Colombia, general Jorge Luis Vargas, aseguró que se ha cumplido con los requisitos para pedir su captura en ese país, pero el resultado ha sido desalentador.

“Casi nula la colaboración con la oficina nacional de Interpol de Venezuela”, lamentó Vargas, durante una comparecencia ante la prensa para dar detalles de las capturas de los otros cinco implicados, que finalmente fueron enviados a la Cárcel. “Hemos cumplido con ese requisito de decirles a ellos que lo ubiquen, que lo capturen, que notifiquen a Colombia para iniciar los trámites correspondientes para que venga a responder por este proceso”.

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También anunció la publicación, y así se lo comunicaron a interpol, de la circular azul para la búsqueda de Salinas Mendoza. “Hay información de que ha salido del país, como la mayoría de delincuentes, desafortunadamente hoy del narcotráfico y el terrorismo, que están buscando a Venezuela como refugio”.

“Este sujeto que tiene orden de captura debe ser ubicado por los 196 países del mundo en Interpol para comunicar a Colombia e iniciar los procesos de extradición, deportación o medidas administrativas que permitan, de ese país hacia Colombia, traer a este presunto delincuente ante las autoridades para que responda por la orden de captura que ha sido emitida en Colombia”, dijo Vargas.

Interpol
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Según el alto oficial, la decisión de los criminales era matar a Pecci en cualquier parte del mundo, pese a que se había considerado ejecutarlo en Paraguay a manos de la banda criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC). “Por eso, todo nuestro esfuerzo de ubicación con Interpol”, precisó el oficial.

“Tuvimos la oportunidad de tener una charla con la sede central de Interpol de manera que podamos colocar capacidades mundiales en el ánimo de llegar a estas personas lo antes posible. Tenemos la certeza de que así va a suceder”, agregó, con optimismo. “La investigación continúa por buen camino, y mundialmente. Seguimos de la mano con las autoridades de Estados Unidos, especialmente con la DEA”.

El director de la Policía también dijo que el crimen también podría estar relacionado con narcotráfico a nivel mundial, “sin descartar que ese narcotráfico a nivel mundial esté relacionado con terrorismo radical”.