Miriam Retamozo, abuela de la niña, aseguró a El Heraldo que la niña se pasó el metal “en un descuido” de la familia. De inmediato, la menor fue trasladada a un centro asistencial del municipio, desde donde la remitieron al Hospital Niño Jesús, en Barranquilla.

La mujer indicó a ese diario que si bien se trataba de “un caso prioritario”, hubo “demoras” para operar a la pequeña y sacarle la moneda del esófago, en donde había quedado alojada. Según Retamozo, en el hospital le dijeron que no había un especialista que le atendiera “enseguida”.

Leonor Pérez, subgerente científica del Hospital Niño Jesús, se pronunció ante esa queja y, en entrevista con el mismo medio, explicó que la niña ingresó al centro médico “a altas horas de la noche del pasado martes” y que la cirugía de extracción se programó para el pasado jueves, en horas de la mañana, porque allí no contaban “con los equipos especializados para dicho procedimiento”.

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Pérez añadió que para esa intervención, el hospital tuvo que subcontratar a otro centro médico para obtener esos equipos.

Ella también indicó a El Heraldo que hubo supervisión constante a la menor y que la moneda siempre estuvo en el mismo lugar. De acuerdo con su declaración, no se presentó “obstrucción de las vías respiratorias y/o digestivas”.

Al final, les hizo un llamado a los padres a que estén más atentos de sus hijos.