Asesinatos múltiples, amenazas de muerte a tenderos y comerciantes y una guerra por el control del microtráfico en Barranquilla, eso han sembrado tres peligrosos delincuentes, a quienes las autoridades han decidido en las últimas horas apretar medidas en su contra para buscar cortar sus tentáculos en estructuras criminales que lideran en la capital de Atlántico.

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Óber Ricardo Martínez Gutiérrez, alias ‘Negro Óber’; Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias ‘Castor’, y Digno José Palomino Rodríguez, jefes de las bandas delincuenciales ‘los Rastrojos costeños’, ‘los Costeños’ y ‘los Pepes’, respectivamente, son los responsables, según la Policía Metropolitana de Barranquilla, de la ola de violencia e inseguridad que azota a la ciudad, un territorio que por años se ha caracterizado por ser el ‘mejor vividero del mundo’, pero que últimamente ese remoquete ha quedado en el baúl de los recuerdos ante el creciente número de homicidios, robos, atracos y extorsiones, una situación que se ha salido del control de las autoridades en los últimos años.

Es por eso que desde el Inpec y otras instituciones del Estado se han ejecutado ciertas ordenanzas para que estos reos no sigan delinquiendo desde sus celdas.

El primero en recibir un tatequieto fue alias ‘Negro Óber’, peligroso reo que fue trasladado desde la cárcel de Palogordo, Santander, a la prisión de Doña Juana en La Dorada, Caldas, centro de reclusión a donde llegó renegando de su suerte luego de amenazar con matar a comerciantes por la captura de su pareja sentimental, alias ‘Johanna’.

Por su parte, a Palomino le revocaron la medida de casa por cárcel y fue trasladado este martes 4 de abril a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, Boyacá.

Entre tanto, alias ‘Castor’ será deportado desde Venezuela en las próximas horas, vecino país donde se encuentra privado de la libertad, pero que de igual manera desde allí seguía dando órdenes a sus llamados ‘cachorros’ para que cometieran asesinatos y extorsiones en Barranquilla.

Aunque para muchos es un alivio que estos tres delincuentes estén bajo prisión, la ciudadanía aún no se siente totalmente tranquila y teme que continúen coordinando hechos delictivos desde sus celdas. Ante dicho temor les piden a las autoridades competentes fuertes controles en las cárceles donde seguirán pagando sus condenas, en el caso de ‘Negro Óber, una dura sentencia a 50 años de prisión por diferentes delitos.

Sin duda, ahora la responsabilidad de que no tengan acceso a llamadas desde las cárceles para contactarse con sus secuaces recae sobre el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), organismo que tendrá que vigilar de cerca y apretar medidas contra estos tres peligrosos delincuentes para evitar que perturben la tranquilidad de la gente trabajadora.

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¿Respira Barranquilla con las medidas drásticas en contra de estos tres peligrosos reos?, es la pregunta que muy seguramente tendrá respuesta con el pasar de los días.