El reinicio de los diálogos de paz entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ya tiene fecha y lugar. El proceso, congelado desde 2018 por orden del Gobierno de Iván Duque, se reanudará en Caracas, Venezuela, el próximo lunes 21 de noviembre. Así lo informó en la noche de este viernes la oficina del Alto Comisionado para la Paz mediante un comunicado, en el que también anunció que la mesa se instalará “en horas de la tarde”.

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“El reinicio de la mesa de diálogos será el próximo lunes 21 de noviembre en horas de la tarde en la ciudad de Caracas, República Bolivariana de Venezuela, se lee de forma puntual en el documento, que lleva las firmas del alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y del jefe de la delegación del Eln, Pablo Beltrán.

Los firmantes resaltaron en el texto la importancia de un proceso en el que “las partes somos conscientes del profundo anhelo del pueblo colombiano, de la sociedad y la nación por avanzar en un proceso de paz y de construcción plena de la democracia”.

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Esta semana fue clave para ultimar los detalles para la reanudación de los diálogos de paz. No obstante, solo hasta este fin de semana se conocerán los nombres de la delegación del Gobierno que negociará con la guerrilla, y que está liderada por Otty Patiño, exintegrante del M-19 y exconstituyente de 1991.

También están confirmados como miembros del equipo negociador el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico) y el presidente de Fedegan, José Felix Laufurie, a quien de forma sorpresiva invitó el presidente Gustavo Petro durante su discurso en la apertura del 39º Congreso Nacional de Ganaderos. Entre los compromisarios del Gobierno también suenan los nombres de la senadora María José Pizarro (Pacto Histórico), el excongresista Alberto Castilla, Horacio Guerrero y Olga Lucía Silva.

Los nombre de los negociadores del Eln

Del lado del Eln, los negociadores serán Pablo Beltrán, Aureliano Carbonell, Bernardo Téllez, Gustavo Martínez, Consuelo Tapias, Silvana Guerrero, Isabel Torres, Óscar Serrano, Vivían Henao, Ricardo Pérez, Cataleya Jiménez, Eduin Restrepo, Américo Trespalacios, Manuela Márquez, Mauricio Iguarán y Simón Pabón, además de Nicolás Rodríguez Bautista, quien será consejero del Eln en la mesa de diálogos que al parecer tendrá fases que durarán entre 20 y 24 días.

Aunque desde el Eln no han oficializado su delegación, esos fueron los nombres que estaban en el borrador de resolución que se filtró hace unos días, con la que el Gobierno reconocería a los 16 integrantes de la delegación. Cuando trascendió dicho documento el Gobierno afirmó que estaba “en trámite”, pero esta semana la Fiscalía levantó las órdenes de captura contra los 16 miembros de esa guerrilla.

El resto de detalles se conocerán este fin de semana, pues por ejemplo es poco lo que se sabe sobre los acompañantes y países garantes de los diálogos de paz. Sobre los garantes, se ha hablado que España, Chile o Francia podrían tener participación, pero según anunció esta semana el alto comisionado de Paz, solo Cuba y Noruega, y ahora Venezuela, son los países acompañantes del proceso.

El papel de la Iglesia en las negociaciones de paz

La Iglesia, presente en varios procesos de paz, tendrá un papel más de acompañamiento que de negociación. Mediante una rueda de prensa, la Conferencia Episcopal de Colombia afirmó que estará presente en los diálogos, pero no tendrá delegados en la mesa. De acuerdo con monseñor Héctor Fabio Henao, acompañarán el proceso desde “el lado de las comunidades”, pero no habrá representación eclesial en la mesa de conversaciones de Venezuela.

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Otros avances que se dieron esta semana estuvieron relacionados con “la definición final de los protocolos de seguridad para el traslado de la delegación” a Venezuela, según informó Rueda esta semana durante la rueda de prensa de los 100 días del Gobierno Petro, en la que se destacó este proceso como el primer peldaño de una escalera que pretende construir el Gobierno y a la que denominó “Paz total”.

Esta apuesta no es otra cosa que buscar el fin de los conflictos con todos los actores armados, algo realmente ambicioso por lo que la ley de acogimiento que tramitará el Congreso tendrá que ser igual de completa y fuerte para impartir justicia cuando llegue la hora, en caso de que los distintos diálogos lleguen a feliz término.