La incautación, que incluyó otro tanto de una droga sintética conocida como ‘cocaína rosada’, tenía como destino Tapachula, estado de Chiapas, pero fue interceptada en un hangar de vuelos chárter del aeropuerto capitalino, en donde también fueron capturados dos mujeres y un hombre, de quienes no se suministró sus identidades.

Según la Policía, “este vuelo es contratado directamente en México y llega a nuestro país para comprar productos agrícolas y regresar nuevamente con el alcaloide sin ser detectados por las autoridades”.

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Esa maniobra “deja entrever la intención de las organizaciones delictivas de usar jets privados en las principales terminales aéreas del país, como plataformas de envíos en cantidades considerables de cocaína hacia el exterior”, agregaron las autoridades.

Hasta ahora los métodos usados por los traficantes eran más bien rústicos y solían utilizar corredores mucho menos evidentes, tratando de despegar hacia su destino desde pistas clandestinas o utilizando mulas para evitar ser descubiertos. Es por esto que la hipótesis de la Policía sorprende por el descaro que ahora muestran al tratar de enviar los estupefacientes de manera tan frontal, desde uno de los aeropuertos más seguros del mundo en esa materia.

La droga fue hallada en cuatro maletas que al ser revisadas “una de ellas contenía en su interior dos kilos de cocaína rosada o tucibi (2CB) envueltas en cintas de color negro, las otras tres contenían 181 kilos de cocaína”.

Este caso recuerda a uno ocurrido en 2018 cuando las autoridades colombianas detuvieron a cinco personas y dieron así por desarticulada la red que envió media tonelada de cocaína a Londres en un jet privado.