En ese lugar, cuando el obispo de Pereira, Monseñor Rigoberto Corredor, estaba sentado delante de la mesa en la tarima desde donde oficiaba la liturgia, la mujer se acercó y empujó a uno de los asistentes del prelado, como se observa en el video que circula profusamente.

Desde ese momento se generó una tensión que se sintió en todo el recinto. Monseñor Corredor se levantó para atender el caso, mientras la mujer discutía con otro de los asistentes. Pero la situación escaló a otro nivel cuando ella, con su manos izquierda, botó el cáliz y lo tiró por el piso junto con las hostias que contenía.

Los asistentes del prelado la invitaron a bajar de la tarima. Otras personas también subieron, mientras que unas más hicieron una cadena humana en torno a las hostias desparramadas mientras eran recogidas. En ese momento, se escuchó hablar a la mujer en voz alta.

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En el templo, como era de esperarse, todos los asistentes quedaron de pie y consternados.

“No era conveniente entregarla [hostia]”, dio después Monseñor Corredor en declaraciones recogidas por el portal eje21. “La mía fue una decisión pastoral. Había que tener entereza para no entregarla”.

El obispo definió el instante como “doloroso y triste con una persona que no está en sus cabales”, cita el mismo medio. “Actué en defensa de la Eucaristía”, añadió e insistió en que “la persona ya es conocida y no se trató de un irrespeto a una mujer negra”.

Pese a eso, agrega eje21, el hecho produjo “un duro enfrentamiento” con el grupo Cimarrón que defiende personas afrodescendientes, y que anunció acciones legales “pese a conocer el historial de la mujer que al parecer presentaba desórdenes mentales”.

“Gran parte de la comunidad en la zona defendió el accionar discrecional del vocero católico”, agrega el medio, aunque en el video que registró el hecho se escucha a un feligrés decir: “Es culpa de Monseñor. Le negó la hostia. Es culpa de él. Con todo el respeto del mundo, es culpa de él”.