La exigencia fue planteada después de que dos personas fueran heridas por balas perdidas hoy en un enfrentamiento a tiros entre grupos guerrilleros frente al colegio del lugar.

A raíz del incidente la comunidad se reunió en la plaza de San Pablo para debatir la situación y emitió un comunicado en el que “rechaza de forma enérgica” el enfrentamiento que al parecer involucró a miembros del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y un reducto del Ejército Popular de Liberación (Epl), considerado una banda narcotraficante por el Gobierno.

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Los heridos fueron identificados como el agricultor Omar Alfonso Fajardo y Narelis Misael Olano Vera, esta última de nacionalidad venezolana, quien trabaja en una cafetería, según el comunicado.

Tras plantear que se les mantenga al margen del conflicto armado, “que pone en riesgo la vida e integridad física de los habitantes” y viola el Derecho Internacional Humanitario, la comunidad pidió “no involucrar a la población civil en esta lamentable confrontación irracional” e hizo un llamado al diálogo para resolver las diferencias entre los grupos armados.

“A partir de la fecha exigimos la no presencia de cualquier actor armado dentro del casco urbano de San Pablo pues necesitamos que entiendan que no somos un campo de batalla sino gente que queremos la paz y la tranquilidad para nuestros ciudadanos”, dice el mensaje.

San Pablo está en el corazón de la zona del Catatumbo, donde proliferan los cultivos de coca y operan distintos grupos guerrilleros así como mafias del narcotráfico.

De otro lado, el comandante de la Policía de Norte de Santander, coronel George Quintero, dijo a periodistas que “las personas llegaron lesionadas por armas de fuego” a un centro de salud y que al parecer no revisten gravedad.

Quintero precisó que se “adelantan las gestiones con la Fuerza Pública para poder llegar a ese sitio y ver qué es lo que realmente se está presentando en esa zona del departamento”.

EFE