La empresa más grande de explotación de gravilla en Carmen de Carupa, Epyca SAS solicitó, ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la expansión de la licencia ambiental a razón de que ya cumplió con la fase de explotación permitida. 

Ante esta solicitud, ambientalistas, veedores ambientales y autoridades locales, como la Personería Municipal, prendieron las alarmas con el objetivo de impedir que dicha solicitud prospere.

Mauricio Rodríguez, personero municipal, en entrevista con LA VILLA, indicó que como esta primera fase de explotación ya está por terminar, la empresa Epyca solicitó la modificación de la licencia ambiental y así poder expandirse y explotar otras áreas que, a la fecha, no tienen permitido. “Se acercan cada vez más al municipio”, indica.

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Como el casco urbano de Carmen de Carupa se encuentra tan cerca de la operación extractiva de Epyca, se estableció, mediante el Acuerdo Municipal 07 de 2007, un polígono de protección de 500 metros, distancia que también se menciona en la actual licencia ambiental, que blinda a la población. Pese a ello, la compañía de grava busca acercarse aún más a la zona urbana.

“Hay una barrera de un polígono de protección de 500 metros sobre el cual no pueden explotar, pero lo que ellos están pidiendo con esta modificación es que los autoricen para poder explotar dentro de esos 500 metros, entonces cada vez más se están acercando al municipio y pues esto causaría un grave perjuicio para el casco urbano y a su población”, menciona Rodríguez.

La empresa Epica, la gravillera más grande Carmen de Carupa, viene trabajando desde hace 14 años a través de la licencia ambiental 917 de 2007. Actualmente están terminando con la primera fase de explotación.

Daños al corredor biótico

Jairo Molina González, miembro de la veeduría Socio Ambiental de la Provincia de Ubaté, es uno de los ciudadanos que más seguimiento le ha realizado a esta compañía con respecto a lo que llama “responsabilidades incumplidas” por parte de Epyca ante varios aspectos como los son el corredor biótico, el agua, y la fauna y flora. 

“El corredor biótico era una franja de bosque alto andino que existía en la ronda del río, ahí está el río La Playa, que es el que se une con el río Hato en Las Juntas y forma el río Ubaté, del cual el acueducto de Ubaté toma el agua. Ese corredor biótico ya no existe, la empresa lo convirtió en un hueco. La licencia ambiental le exigía protegerlo, cercarlo y hacer un inventario de flora y fauna, pero resulta que lo que hizo la empresa fue destruirlo, ya no existe; entonces es uno de los temas que vamos a luchar para que sea reconocido y en esa zona se pueda reestablecer”, manifesta el ambientalista.

Indica, además, que el bosque alto andino tenía todas las características de sub páramo, y que estaba a una altura creca de 3.000 metros. “Esa altura ya no existe, la empresa (Epyca) lo destruyó, y argumenta que nunca existió, entonces estamos buscando pruebas a nivel del Agustín Codazzi para demostrar que sí existió”.

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Y agrega: “En 2017, en una visita acompañada con la CAR, le indicamos al Ente Ambiental, que quedaba una parte del corredor biótico y que Epica quería destruirlo para nivelar todo el piso al hueco que llevaban en su momento, pero afortunadamente, y con licencia en mano, logramos demostrarle a la CAR que no se debería tocar. Es la única parte, la única esquinita que queda de ese corredor biótico. No lo pudieron destruir porque en esa parte están unos postes de la luz”, culmina Molina.

¿Cómo va el proceso? 

Hasta la fecha, la Empresa Epica ya realizó la solicitud ante la CAR, y ya comenzaron con todo el proceso que tiene que agotar para que les autoricen la modificación y ampliación. Sin embargo, uno de esos trámites indica socialización con la comunidad, la cual la hicieron de manera virtual en dos oportunidades. Punto que también fue criticado por el Personero de Carmen de Carupa.

“Nosotros como personería rechazamos esa socialización de manera virtual porque no se tiene en cuenta las condiciones socioeconómicas de nuestro municipio; no tenemos conexión a internet y no todos tienen los equipos de cómputo o celulares inteligentes para poder participar virtualmente”, menciona Rodríguez.

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Por lo anterior, el Personero radicó una acción de tutela en contra de la empresa Epica, la CAR y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla), por la protección al derecho del debido proceso y a la participación, tutela que ya fue admitida por el Juzgado Promiscuo de Familia de Ubaté.

Por otro lado, se adelanta una acción popular en contra de la solicitud de modificación de la licencia ambiental.

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La Personería de Carmen de Carupa, convocó a una reunión con la comunidad, en la que participaron la Alcaldía, el Concejo, las Juntas de Acción Comunal (JAC), la veeduría ambiental y que contó con el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo regional Cundinamarca, y sus delegados para asuntos ambientales y acciones judiciales. “Lo que queríamos era que la Defensoría se enterara de la problemática que tenemos y que nos colaborara coadyuvando con las acciones constitucionales como lo es la acción popular”, recalca el Personero.

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En el encuentro, algunos veedores ambientales pidieron la realización de una audiencia pública de seguimiento a la licencia ambiental y al trabajo de seguimiento de la CAR.

Por su parte, el director regional de la CAR, Yúber Cárdenas, en conversación con este medio, manifestó que están a disposición de entregar la información que se les requiera. “Cualquier licenciamiento es sujeto de una estricta revisión técnica y jurídica, para validar que cumplan determinantes ambientales y de uso del suelo; y por supuesto, estaremos atentos a atender cualquier requerimiento o solicitud que requiera la misma comunidad o las instituciones”.

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En caso de prosperar la movilización ciudadana y no se le otorgue la modificación a dicha licencia ambiental, la empresa Epica tendría que comenzar con el plan de cierre y dar por terminadas sus actividades en Carmen de Carupa.

Hasta la fecha no se conoce pronunciamiento oficial por parte de la compañía.