El consorcio chino Metro Línea 1, a cargo de construir la Primera Línea del Metro de Bogotá, tenía 27 meses para entregar los estudios y diseños, detalles del proyecto, para iniciar la etapa de construcción.

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No obstante, transcurridos 32 meses de la firma del contrato, aunque las obras complementarias avanzan, sigue sin ser clara la fecha en la que comenzará la verdadera construcción de la Línea 1 del metro elevado de Bogotá.

Así se conoció en una sesión conjunta entre el Congreso de la República y el Concejo de Bogotá, a la que citaron a la Empresa Metro de Bogotá (EMB), la interventoría y al contratista, para responder sobre los retrasos en el cronograma del proyecto y sus efectos en el corto y largo plazo.

En ese sentido, cabe señalar que, a través de una carta, el gerente del consorcio chino se negó a asistir a la audiencia. Esta acción fue cuestionada por la EMB, congresistas y concejales, que elevaron una solicitud a la corte Constitucional para determinar la responsabilidad del consorcio a compadecer ante el Congreso de la República.

De esta manera, por el momento, se conocieron los avances en la entrega del proyecto, así como en el proceso sancionatorio en contra del concesionario por incumplir, el pasado 5 de mayo, con el periodo de cura para presentar todos los estudios de detalle.

Según indicó la interventoría, esta es la situación con los entregables del proyecto: de los documentos que deben ser aprobados, solo el 53 % han recibido el concepto de no objeción, el 7 % está en revisión, y el 40 % restante están en ajuste, por el consorcio chino.

“En algunos documentos vamos por la quinta revisión, lo que lógicamente se sale del presupuesto del contrato y de los plazos determinados. Por esta razón, hubo modificatorios acordados por ambas partes. Al día de hoy no van a cumplir en mayo y vemos preocupación de que cumplan en junio”, expresó Javier Escarpa, director de la interventoría del proyecto.

En ese sentido, cabe señalar que el Distrito había asegurado públicamente que esperaba realizar la instalación del primer pilote del viaducto a mediados de este año, lo que, según el interventor, no se daría. Informes de la interventoría del proyecto indican un pico de alertas y advertencias del equipo auditor, que se duplicaron entre 2021 y 2022.

De esta manera, Escarpa apuntó a varios factores que explicarían los retrasos en la entrega de los cerca de 90 mil documentos. Entre estos está la falta de control al subcontratista del proyecto; modificaciones sustanciales a los diseños (cambio presentado en septiembre de 2022 de los diseños geotécnicos); desorganización en las entregas; falta de conocimiento de la dinámica nacional, entre otros.

Una de las principales fallas que ha tenido el Distrito a la hora de desarrollar el metro, según Édder Velandia, docente de la Universidad de La Salle, es la corta maduración del proyecto: “Se han hecho estudios de prefactibilidad pensando en que era subterráneo y luego elevado, lo que hace que no se tenga un producto madurado, sino uno que va cambiando de acuerdo con la coyuntura, las necesidades y las injerencias políticas”.

Ahora bien, Velandia agrega que los incumplimientos en proyectos de infraestructura son comunes, debido a la solicitud de mejoras en el diseño. Específicamente con la primera línea del metro, la pandemia, el nuevo Gobierno y la “poca” vigilancia distrital tendrían cierta responsabilidad.

Además, la interventoría también se pronunció sobre el manejo financiero del consorcio chino. Según cifras oficiales, para finales de 2022, el Distrito y la Nación han desembolsado tres billones de pesos en la totalidad del proyecto.

De estos, se han desembolsado $205 mil millones al consorcio en forma de retribución. Por esta razón, la interventoría asegura que el contratista cuenta con la liquidez para cumplir con sus obligaciones.

“El ritmo de cobro del concesionario no es el ideal para nuestro gusto. Lo que es claro que no hay problema de dinero, entonces hay unas condiciones dadas que son positivas y que esperamos que sean utilizadas para que esto avance”, precisó el director de la interventoría del proyecto.

Por otra parte, frente al proceso sancionatorio en contra del contratista por su incumplimiento en la entrega de los estudios y diseños del proyecto, indicó que su instrucción es que se cumpla lo establecido en el contrato. En ese sentido, esta tarde se realizará una audiencia para determinar la sanción contra el consorcio chino.

En ese sentido, el gerente de la EMB, Leonidas Narváez, indicó en el contrato se estableció esta sanción como una de apremio, es decir, que se trata de una herramienta para que el contratista cumpla y asuma compromisos, más que para imponer una multa económica. Cabe señalar que, de aplicarse, una multa de incumplimiento sería equivalente a 50 salarios mensuales por cada día de atraso (cerca $58 millones diarios).

Por su parte, frente a los riesgos fiscales del proyecto, la Contraloría General de la Nación indicó que se está haciendo seguimiento permanente, en la que se investigan acciones ya ejecutadas que podrían afectar el patrimonio público.

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“Estamos adelantando análisis de los tres conceptos jurídicos sobre la posibilidad de modificar el proyecto y se está revisando la entrega de los estudios y diseños del proyecto. En ese sentido, nos preocupa el retraso para obtener la no objeción, lo que podría afectar el desarrollo de las obras”, indicó un vocero de la contraloría.

Por el momento, la EMB informó que se está cerca a la entrega de las instalaciones en donde se prefabricarán los pilotes del viaducto de la Línea 1, que sería uno de los pasos finales para iniciar la fase de construcción. Así, entre avances y retrocesos, continua la construcción del Metro de Bogotá, cuya fecha de entrega y diseño final sigue siendo una incertidumbre.