Escrito por:  Redacción Medellín
Sep 17, 2025 - 1:47 am

Un escape de amoníaco en las instalaciones de Colanta, empresa de lácteos, ubicada en el barrio Caribe de Medellín, provocó una emergencia que obligó a la evacuación total de las instalaciones y de la sede vecina de la Secretaría de Movilidad.

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El incidente, que dejó a cuatro personas lesionadas, fue atendido por el Cuerpo Oficial de Bomberos de Medellín y un equipo especializado en el manejo de materiales peligrosos.

Las personas afectadas fueron atendidas de inmediato y trasladadas a centros médicos cercanos. Las autoridades confirmaron que están estables y fuera de peligro, aunque seguirán en observación debido a la exposición al gas tóxico. Por el momento, no se ha revelado la identidad de las víctimas.

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De acuerdo con El Tiempo, el escape de amoníaco fue controlado rápidamente gracias a la intervención de los bomberos y del equipo especializado en materiales peligrosos.

“Recibimos una emergencia de una fuga de amoniaco en la empresa Colanta. Cuatro estaciones del Cuerpo Oficial de Bomberos de Medellín atendieron el caso. Se atendieron cuatro personas que resultaron lesionadas y se evacuaron 115 personas. En este momento todo está bajo control”, indicó el capitán Álvaro Álvarez en un video publicado por el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (DAGRD).

¿Qué es el amoniaco y por qué es peligroso?

El amoníaco (NH₃) es un gas incoloro con un olor fuerte y penetrante, ampliamente utilizado en diversos procesos industriales, agrícolas y químicos.

Se emplea, por ejemplo, en la producción de fertilizantes, en sistemas de refrigeración y en la fabricación de productos de limpieza y alimentos procesados. Aunque es un compuesto común y útil en entornos industriales, su manejo requiere precauciones estrictas debido a su naturaleza tóxica y altamente irritante.

Cuando el amoníaco se libera al ambiente, puede causar graves afectaciones a la salud humana, especialmente si se inhala en concentraciones elevadas. Este gas irrita las vías respiratorias, los ojos y la piel.

En casos más severos, puede provocar quemaduras químicas, daño pulmonar e incluso la muerte por asfixia. La exposición prolongada o en espacios cerrados representa un riesgo mayor, ya que dificulta la dispersión del gas y aumenta su concentración en el aire.

Además del riesgo para las personas, el amoníaco también representa un peligro ambiental. Su liberación no controlada puede contaminar cuerpos de agua, afectar ecosistemas cercanos y causar daños a la fauna y flora local. Por esta razón, su almacenamiento, transporte y uso están regulados bajo estrictos protocolos de seguridad.

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