La investigación del ente acusador apunta a que el delito se habría cometido en una vivienda del nororiente de Medellín. Los abusos habrían empezado cuando la niña tenía apenas 9 años.

Asimismo, el organismo judicial estableció que cuando la víctima cumplió 13 años supuestamente quedó embarazada de su padre y que los abusos, al parecer, continuaron después de que la menor tuvo al bebé.

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La Fiscalía considera que la madre de la menor nunca denunció los hechos por temor al individuo. También se determinó que cuando la víctima cumplió la mayoría de edad, el presunto abusador la amenazaba con arma blanca para abusarla sexualmente.

La denuncia fue presentada el pasado 11 de febrero y, una semana después, la Fiscalía logró la captura y judicialización del procesado, quien no aceptó los cargos imputados por los delitos de actos sexuales violentos agravados y accesos carnales violentos agravados.

Este es el informe de la Fiscalía:

Abuso infantil: en otro caso, un sacerdote fue enviado a prisión, en Bogotá

Las autoridades tomaron esa decisión, el pasado 17 de febrero, luego de que el propio párroco aceptara los cuatro cargos que le endilgó la Fiscalía.

El abusador fue identificado como Alfonso Gómez, quien se desempeñaba como sacerdote y accedió carnalmente a un menor de edad desde que este último tenía 13 años, hasta los 19.

Luego de la audiencia que se llevó a cabo ante el Juzgado 12 Penal Municipal, con función de control de garantías, se realizó la imputación contra el cura por cuatro delitos: actos sexuales con menor de 14 años, acceso carnal con menor de 14 años, acto sexual violento y acceso carnal violento. El religioso aceptó todos los cargos que le imputaron.

Luego de que el sacerdote aceptara que abusó sexualmente del menor, le impusieron medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.

De acuerdo con las autoridades, el sacerdote inició sus abusos contra el menor en 2010, cuando el niño llegó a una parroquia de Bogotá. El joven es hijo de una de las antiguas empleadas de la casa cural.

Tres años después, el sacerdote fue trasladado a otro centro religioso. Al instalarse allí, le ofreció trabajo a la mamá del joven al que abusaba y desde su nueva parroquia continuó con su condenable actuar.