En una conversación con Semana, la congresista aseguró que pese a que ya está acostumbrada a recibir todo tipo de amenazas a su celular y diferentes redes sociales, inclusos panfletos a los que la Policía “no les da mayor trascendencia”, la información que recibió recientemente sí la preocupó.

María Fernanda Cabal contó que hace casi un mes la llamaron el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas y el ministro del Interior, Daniel Palacios, y le dieron a conocer lo que hallaron luego de un operativo militar que ibas tras un cabecilla del Eln:

“No estaba él, pero dan de baja a los guerrilleros y cuando hicieron el procesamiento de la información que aparece en los dispositivos de la incautación aparece el nombre mío, el de mi familia, el de todos mis hijos; las direcciones, el recorrido, las placas de los carros… y me dice el general que esto no es un chiste ni un tema de redes, que esto es un tema serio y que iban a buscar el reforzamiento de la seguridad“.

Cabal relató en la revista que no lo tomó como “una amenaza normal”, pues fue el resultado de una acción de la fuerza publica con la Fiscalía, y que fue “la Policía Judicial la que desgrabó la información del computador”.

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Ahora, dijo, está aterrada con la información que recibió y espera saber qué hicieron con esa información luego de las instrucciones de seguimiento a su familia y de la trazabilidad de los responsables.

El general en ese momento pidió no hacer nada público porque necesitaba preservar la información y tener todo en Fiscalía impecable cuando se haga la recaudación de pruebas forenses”, añadió la senadora.

Sin embargo, la preocupación que le produjo esa información no se detuvo allí, pues un par de días después el fiscal general, Francisco Barbosa, y la vicefiscal, Marta Mancera, los citaron a ella y a su esposo, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan.

En esa reunión le informaron que “hay otra noticia criminal adicional y es que de la ‘Nueva Marquetalia’, que son las disidencias de Farc, fueron capturados 6 personajes en Cali, que parece que estaban relacionados con la ‘primera línea’ y ahí aparece en el GPS una finca de la familia donde estuvimos”.

Eso, dice en su relato, coincidió con que “entran unos personajes a la finca de los que tenemos registro fotográfico, supuestamente a cortar guaduas para ayudar al bloqueo”, pero lo que su familia cree es que estaban en labores de vigilancia porque se comentaba mucho que ella estaba en la finca.

Adicionalmente, habló de un dispositivo en el que se encontró información de que “se están preparando para la feria de Buga” y aunque ella no tenía planeado ir, a su esposo sí lo habían invitado.

Para cerrar, puntualizó que “son dos situaciones distintas, muy peligrosas”, y lo justificó en que siempre se han sentido como un “objetivo, pero nunca con tanta claridad como ahora”; en el mismo sentido, Cabal se consideró “objetivo de esa extrema izquierda sin lugar a dudas”.