Lucas, estudiante de la Universidad Tecnológica de Pereira, cayó gravemente herido este miércoles en el viaducto de Pereira después de que desconocidos abrieran fuego contra la multitud que allí se manifestaba pacíficamente.

Inicialmente se creyó que Lucas había muerto por las graves heridas que sufrió, e incluso se dijo que tenía muerte cerebral, pero al amanecer de este jueves se confirmó que seguía luchando por su vida. Durante el día fueron varias las versiones cruzadas sobre su estado. Un supuesto amigo había dicho incluso que su familia ya se había despedido, y que solo estaría esperando a definirse un tema de donación de órganos.

Después de todo el cruce de versiones, Michelle y Nicole confirmaron el parte médico del jueves al mediodía, según el cual su pronóstico era reservado, e incluso reconocieron que entre la misma familia hubo confusión desde el principio: “Desde el momento que supimos de las heridas de Lucas, y de su situación de salud, empezaron a haber muchas teorías“, dijeron, en diálogo con el actor y periodista Ómar Vásquez.

“Cada hora había un parte diferente. (…) Primero nos decían que estaba muerto, luego que estaba vivo pero malherido“, prosiguieron, antes de contar la razón principal del malentendido:

“Luego la clínica saca un reporte sobre que neurocirugía lo descartaba para cirugía, pero eso no significaba que mi hermano estuviera muerto ni que no hubiera nada qué hacer con él, sino que su herida no requería una intervención quirúrgica”.

“Por eso la familia no había querido salir a hablar, hasta que no tuviéramos la certeza de cuál era la situación actual“, añadieron, y luego fueron enfáticas en afirmar que Lucas sigue vivo:

“Hablamos con el médico, vimos a nuestro hermano, nuestro hermano está vivo: esa es la claridad que queremos hacerle a todo el mundo. Lucas está vivo”.

“Sin embargo, tiene un parte médico con pronóstico reservado por la gravedad de sus heridas“, detallaron.

Lee También

“No queremos que Lucas se convierta en una bandera para más violencia”

Michelle y Nicole también rogaron que lo sucedido no se traduzca en más estrés y conflicto: “Nosotros no queremos que Lucas se convierta en una bandera para más violencia”, dijeron, e hicieron un llamado a seguir “los pilares con los que Lucas fundamenta esta lucha: a través del amor, la educación y las cosas positivas”.

“Es una persona de paz, de amor; que ese sea el legado que se lleven todas las personas. Lucas creía en un cambio, pero a través de buenos sentimientos, de buenas acciones y del amor al prójimo. Era lo que Lucas quería lograr, y no que sea una excusa para generar más violencia”, pidieron.

Las hermanas de Lucas concluyeron agradeciendo que la Secretaría de Salud de Risaralda las contactó y les ofreció ayuda, pero siguen aceptando cualquier otra colaboración, sabiendo que la permanencia de su hermano en una Unidad de Cuidados Intensivos es costosa.

“Parte del malentendido se dio a raíz de un comunicado que se dio porque a Lucas lo habían descartado para neurocirugía, porque no lo necesita. Los médicos están haciendo absolutamente todo lo que pueden para ayudar a Lucas, pero hay cosas que se les salen de las manos”, concluyeron.

Esta es la entrevista completa: