Fue esa misma organización la que responsabilizó a las autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocidas como Clan del Golfo, por el homicidio del adulto mayor y líder comunitario, ocurrido sobre las 3 de la tarde del 10 de octubre en la vía que comunica el caserío de Llano Rico con Cetino, en la carretera que lleva a Brisas de Curvaradó.

Ese sábado, hacia las 2 de la tarde, hombres armados vestidos de civil que se movilizaban en una moto sacaron por la fuerza a Oswaldo Rojas de su lugar de trabajo y se lo llevaron cerca de una plantación, donde “lo tuvieron amarrado de manos por varios minutos” y luego lo asesinaron, dice la Comisión de Justicia y Paz en un comunicado publicado en su sitio web.

“Allí los paramilitares dejaron tirado el cuerpo sin vida de Oswaldo, y se subieron en sus motocicletas en las que suelen movilizarse más de 30 de los paramilitares de las AGC”, agrega el boletín.

La víctima había sido despojada de sus tierras en 2 ocasiones el pasado mes de abril “cuando fueron intervenidas 60 hectáreas de su propiedad por terceros que tienen intereses en consolidar un agronegocio”, añade ese organismo.

El comunicado precisa que Oswaldo Rojas “era un reconocido líder local de la comunidad de Gengado Medio en el territorio colectivo de Curvaradó”, en el norte de Chocó.

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De acuerdo con la misma comisión, las AGC habían citado a las comunidades de esa zona, semanas atrás, a una reunión obligatoria en la que les expresaron que no iban a matar a nadie, pero que el “líder del que se tuviera sospecha de haber tenido relación con las Farc y no trabajara con ellos iba a quedar “bajo tierra””.

Las autoridades confirmaron que en la región donde sucedió el asesinato hay injerencia del mencionado grupo criminal, pero indicaron que se desconoce quiénes serían los responsables, dijo La FM.

“Sí, me confirmaron el asesinato del líder comunitario en Bajo Medio en la subestación del río Curvaradó de esa zona. Él era mestizo y se dedicaba a las actividades agrícolas”, dijo en la emisora Pedro José Mena, alcalde de El Carmen del Darién.

Según el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), en lo que va de este 2020 han sido asesinados 225 líderes sociales y defensores de derechos humanos, por lo cual Oswaldo Rojas se convertiría en la víctima número 226 de una larga lista en el que esa entidad incluye a representantes de sectores campesinos, indígenas, comunales, cívicos, afrodescendientes, sindicales, ambientalistas y LGBTI.