Juan Daniel Oviedo tiene 45 años, reconoce que no es la misma persona luego de pasar por la dirección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). En su visita a Manizales, el pasado 29 de julio, el exdirector le contó a La Patria que este trabajo le permitió aportar algo al país y que ahora desea continuarlo no desde la comodidad de la academia, sino aspirar por firmas a la Alcaldía de Bogotá y luego soñar con ser presidente de Colombia.

Oviedo dirigió el Dane desde el 2018 y, a inicios del presente mes, culminó su labor en esa entidad y por diferencias en el empalme con el nuevo presidente, Gustavo Petro, no continuó.

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Está convencido de que nadie le ha regalado nada y que todo lo que ha conseguido es fruto de su disciplina y esfuerzo. El doctor en Economía de la Universidad de Toulouse (Francia) dice que cuenta con muy poco tiempo libre, pero que lo aprovecha para liberarse del estrés laboral.

Por ejemplo, confiesa que nunca ha sido un gran deportista, pero patinar, subir a Monserrate y trotar en las mañanas le ha ayudado a sobrellevar su carga laboral. Confiesa que hay días en los que simplemente no desea hacer nada, solo leer su colección de revistas internacionales de diseño y moda. Por supuesto que también le gusta salir a bailar y tomarse unos tragos de ginebra puro o de Jack Daniels sin hielo, “pero si no, pues se toma guaro”.

Aspiraciones políticas

Ante la pregunta de con cuál ideología política se identifica, Oviedo lo pensó por un momento y contestó que es de derecha, también ratificó su deseo de aspirar a la Alcaldía de Bogotá. Confesó que lo intentaría por firmas y no por ningún partido político.

La Patria le preguntó si le gustaría aspirar a otros cargos como el de congresista o presidente de Colombia, y aunque la pregunta causó risas en algunos de sus acompañantes, el hoy exdirector del Dane contestó con seriedad que no le llama la atención llegar al Congreso de la República, pero sí la idea de ser el jefe de Estado. “No puedo decir mentiras, que quiero ser solo alcalde y no presidente”.

De acuerdo con Oviedo, estos deseos se despertaron porque ve en ellos una oportunidad para trabajar por Colombia y cambiar así sea algo pequeño, tal y como lo hizo en el Dane. Al comienzo, él era muy pesimista y creía que no iba a poder con la entidad de estadística, además por las burlas hacia su tono de voz y la incredulidad de que un ‘gomelo’ pudiera dirigir dicha institución.

“Yo pensé que todas las trasnochadas y viajes tremendos para acercar el Dane a las realidades locales no iban a calar, pero la gente empezó a notar que continuamos pese a las dificultades y que pusimos la cara para superar obstáculos como la vez del ataque informático que sufrimos en 2020. La gente reconoció que estaba trabajando por el país”.

Agregó que el reconocimiento de los ciudadanos a su trabajo lo llenaron de optimismo y se dio cuenta que estaba muy cómodo en la academia y dictando consultorías, hasta que el Dane cambió su manera de pensar y ahora ve posibilidades en lo público.

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Duro momento

El Sindicato Nacional de Trabajadores del Dane (Sintradane) indicó en un comunicado que no quería que Oviedo, a quien calificó de inhumano, continuara en la dirección de esa institución por diferente razones, como la sobrecarga laboral, el incumplimiento de acuerdos sindicales, la no actualización tecnológica, la ausencia de bienestar laboral y el trato autoritario.

Oviedo sostuvo que siempre respetó las causas garantistas de los sindicatos y que le dolió el comunicado de Sintradane. Explicó que hubo momentos, sobre todo por la pandemia, en los que se retrasó la recolección de la información para los informes que publica la entidad y, por ende, en ocasiones debieron trabajar más de la cuenta.

Agregó que se reunió con ellos y les aclaró: “Yo no puedo salir a decirle al país, como me lo insinuaron, que ahora voy a publicar la inflación bimestralmente y no mensualmente porque tengo menos trabajadores”.

El exdirector destacó que, en su concepto, sí se preocupó por la comodidad de sus empleados, pues las oficinas estuvieron pintadas, adelantó campañas de teletrabajo, y se preocupó porque no llamaran a los empleados fuera de horarios laborales, y optimizó las cargas laborales lo más que pudo.

“Yo sé que hace falta más gente y hay que hacer un fortalecimiento tecnológico, pero pedí la plata y no me la dieron”.

¿Cuál es la cifra en la que peor le fue y en la que más avanzó el Gobierno Duque?

Avanzó mucho en conectividad e Internet. Todavía hace falta que el 38,4 % de los hogares tengan acceso, pero lo que sucedió entre 2018 y 2022 tuvo un gran avance. Lo más preocupante es la pobreza, sobre todo la extrema, recordemos que ese 12,1 % de población que está en la pobreza extrema corresponde a que todavía tenemos 1 millón 400 mil personas de más en situación de inseguridad alimentaria.

El problema es que la gente ahora está en las ciudades y por consiguiente el modelo de programas para la reducción de la pobreza tiene que volverse a barajar porque dos terceras partes de las ayudas que se dan van enfocadas a pequeños municipios y zonas rurales, porque en el pasado el hambre estaba situada en esos lugares.

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¿Qué lo llevó a considerar ser el director del Dane de Gustavo Petro?

Como director de esta entidad no puedo predicar mi ideología, porque este cargo tiene una responsabilidad técnica y no política. Hubiese sido muy chévere dejar como evidencia ante la historia del país que lo técnico no tiene matices políticos.

Mi público de interés en el Dane fue el país y no el presidente. Eso acabaría la independencia de las cifras.