Desde su columna semanal en el portal Contexto Ganadero, el líder gremial y hoy negociador de paz con el Eln, José Félix Lafaurie, respondió a la carta pública que esta semana le había enviado Humberto de la Calle, antiguo jefe negociador de paz con las Farc. La discusión entre ambos se centró en la agenda de negociación con el Eln que las partes dieron a conocer en México, al cierre del segundo ciclo de conversaciones.

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En su misiva, De la Calle le preguntaba directamente a Lafaurie: “¿Por qué desató una implacable oposición al proceso con las Farc, cuando en la agenda actual con el Eln se observan temas mucho más comprometedores para el Estado y la sociedad?”.

Lafaurie explicó que su oposición se debió a que el único sector que “iba a ser afectado por el Acuerdo” era el agropecuario y la ganadería en particular, “que estaba en peligro”, junto al derecho a la propiedad privada de la tierra. “Era mi deber salir en su defensa. Así de sencillo”. Esto, pues en el Acuerdo con las Farc el primer punto fue la reforma rural integral, que a juicio del líder ganadero tenía “pretensiones enormes de tierras para repartir y para Zonas de Reserva Campesina”.

Además, dijo que hoy se están viendo los resultados de ese Acuerdo de Paz: “se desmovilizaron 13.000 guerrilleros, pero nos dejaron las disidencias y Marquetalias en guerra por el control territorial mafioso en vastas regiones, y la guerra territorial del microtráfico en las ciudades, con armas provistas por el dinero que producen 300.000 hectáreas de coca”.

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En cambio, aseguró, la agenda con el Eln es muy distinta, empezando porque esa guerrilla “exigió debatir primero la participación de la sociedad en la construcción de paz, porque, al parecer, quieren mostrar resultados tempranos en la vida de la gente en las regiones, porque toda la gente, no solo las víctimas, es objeto de la paz”. Por eso, confirmó su respaldo a otro de los puntos que se ha criticado en esa agenda y es que lo que se va acordando se va cumpliendo.

Lafaurie también afirmó que en esta oportunidad, contrario a lo que según él ocurrió durante el proceso con las Farc, “nadie está dividiendo ahora el país entre amigos y enemigos de la paz”. Y, además, que mientras en el anterior proceso se descalificó a medio país y prevaleció la guerra política, “el actual debe convocar a los partidos para lograr primero algo esencial: paz política, como requisito para el Gran Acuerdo sobre lo fundamental, y lo fundamental es la paz”.

Lo que sí evadió responder el negociador con el Eln fue el tema de la dejación de las armas en la agenda, otro de los puntos que le criticaba De la Calle. En dicha agenda, quedó de forma genérica que habrá “un acuerdo sobre las armas del Eln, en sincronía con la estrategia para superar la violencia y neutralizar el armamentismo y el belicismo”. Para De la Calle y otros críticos del documento, ese tema quedó demasiado gaseoso.

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Y tampoco se pronunció Lafaurie sobre el punto en el que quedó explícitamente que el Eln y el Gobierno Nacional examinarán el modelo económico del país, otro de los puntos que ha levantado ampolla para algunos sectores.