La diligencia estuvo marcada por algunos problemas de traducción que incluso podrían derivar en un pedido de nulidad del proceso. Incluso entró en múltiples recesos durante varios minutos para que le interpretaran una larga intervención de la defensa de la víctima.

Una vez reanudado el procedimiento, el apoderado de Poulos expuso su estrategia para pedir que no se legalizara su captura, hecha efectiva la madrugada de este jueves tras su deportación desde Panamá.

Justamente uno de sus primeros argumentos es el tiempo que pasó desde su captura en el istmo hasta que le leyeron sus derechos al aterrizar en Bogotá. Según él, fueron más de las 36 horas que establece la ley como tiempo límite para ello, y agregó que en el vecino país se sintió “secuestrado” en un cuarto oscuro.

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Asimismo, aseguró que ni allí ni al llegar a Colombia se le facilitó un abogado, y que tampoco tuvo un traductor en todos los procedimientos. Por ejemplo, dijo que cuando le leyeron los cargos insistió en que no entendía.

“Así como lo estaban esperando periodistas y muchas personas más, ya [debía haber] un traductor y una persona que le explicara a su favor esos elementos que le estaban exhibiendo”, sostuvo el abogado.

Poulos también habló de pertenencias que supuestamente le quitaron: mencionó un celular, sus gafas, medicamentos y dos maletas; una en la que supuestamente había 7.000 dólares.

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Contrario a lo expuesto por la defensa de la familia de Valentina Trespalacios, el abogado del presunto feminicida, que del aeropuerto fue trasladado a la Fiscalía y en la tarde al complejo judicial de Paloquemao, no hubo dignidad humana.

Por eso incluso habló de las esposas que le pusieron, especiales para casos de violencia de género, diciendo que intencionalmente las apretaban y que serían muy pequeñas para sus manos. Asimismo, se quejó de que el hombre lleva más de un día “con la misma ropa sin cambiarse ni bañarse y probablemente sin alimento”.

Por eso, la conclusión de la defensa fue solicitar la no legalización de la captura del estadounidense John Poulos.