En su posesión presidencial, Gustavo Petro remarcó que el Gobierno está dispuesto a establecer mesas de diálogo con las organizaciones al margen de la ley a cambio de “beneficios jurídicos”. Este proceso simultáneo de diálogos, ha sostenido el mandatario colombiano, representa el objetivo de alcanzar la “paz total” en el territorio nacional y la “no repetición definitiva de la violencia”.

Uno de los grupos armados que ha manifestado su intención de retomar los diálogos con el Ejecutivo ha sido el Eln, pero no sería tan sencillo. Así lo dejó entrever el máximo cabecilla de esa organización, Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias ‘Antonio García’. Este asumió la comandancia de la guerrilla a mediados del 2021 y, desde entonces, se ha caracterizado por sus posturas radicales, además de entorpecer los procesos de paz anteriores.

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El jefe del Eln escribió hace poco en su cuenta de Twitter que no le suena la idea de la “paz total” de Petro, pues la entiende como “una falsa paz, por cuanto la reducen tan solo a la ausencia de confrontación armada”. Por lo tanto, agregó, “un tratamiento equivocado a los conflictos sociales” no ayudará a llegar a consensos.

Jefe del Eln puso nueva condición al Gobierno de Gustavo Petro

El comandante de esa guerrilla volvió a señalar en las últimas horas, en entrevista con CM&, que la idea de una “paz total” supone una generalización que no facilitará alcanzar acuerdos sólidos. En ese sentido, ‘García’ consideró que debe haber un trato personalizado.

“Un gobierno puede hablar con quien quiera. Cada uno asume lo suyo. Pero si el Gobierno nos mete en el mismo costal que las bandas o grupos paramilitares, ahí no vamos a participar. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.” dijo.

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Petro ya anticipó que los diálogos definitivos con el Eln se llevarán a cabo en Cuba, donde están los negociadores de esa guerrilla. La intención es retomar las negociaciones en el punto en el que las dejó el gobierno del expresidente Iván Duque hace cuatro años.

El Gobierno de Juan Manuel Santos y el Eln iniciaron unas negociaciones en febrero de 2017 en Quito y, posteriormente, fueron trasladadas en mayo de 2018 a Cuba. Allí se produjo la última ronda de charlas en agosto de ese año, pero sin avances importantes.