“Más allá del dolor, más allá de cualquier sentimiento humano que uno pueda tener, lo que prima acá es el estupor de pensar que haya esa capacidad de jugar con la vida de las personas con fines obviamente de ambición personal, porque lo que cuenta [un exasesor] es que Piedad quería utilizar la salida de los secuestrados para ella poder fortalecerse políticamente. Ella aspiraba a la presidencia”, dijo este lunes Íngrid Betancourt en Noticias Caracol.

La líder del partido Oxígeno Verde se manifestó así en principio sobre lo que le dijo Andrés Vásquez Moreno, exasesor de Piedad Córdoba, a la Fiscalía. Esa declaración fue difundida este fin de semana por Noticias Caracol, y ha causado mucho revuelo, al punto de que Córdoba le exigió a ese medio el derecho a réplica, aunque no le responde.

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“Es dramático pensar que esas cosas hayan sucedido”, agregó Betancourt en Noticias Caracol, sorprendida por las declaraciones de Vásquez Moreno, según las cuales Córdoba hizo que la liberación de Betancourt se demorara para sacar ventajas políticas. “Esas eran cosas que ya se sabían”.

Betancourt recordó en el informativo de televisión que, cuando ella y Córdoba fueron congresistas “sí había un cercanía”, y que la primera vez que ella fue a hablar durante el proceso de paz del Caguán con Manuel Marulanda (jefe entonces de las Farc) “fue porque Piedad me llevó y así pude conocer la guerrilla antes de mi secuestro”.

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También trajo a colación el momento en que Córdoba fue secuestrada por los paramilitares. “Cuando yo me entero de la noticia, inmediatamente cojo un avión para Montería y voy a abogar con personas que yo sabía que eran cercanas a Carlos Castaño pidiéndoles primero que le respetaran la vida y después que la liberaran”, dijo Betancourt en el noticiero.

“Lo que me relata mi familia es que cuando a mí me secuestran, Piedad Córdoba se reúne con mi mamá y con mi hermana, y Piedad llora y dice que para ella mi secuestro es muy duro porque ella me debe a mí mucho por lo que yo hice por su liberación”, agregó Betancourt. “Ya cuando uno mira esto en retrospectiva se da cuenta de que hubo una instrumentalización del dolor”.

Sostuvo que vino a saber de esto la primera vez hace un par de años cuando comenzó a escribir el libro con Juan Manuel Santos. “Él me dijo: ‘Te voy a poner en contacto con las personas que tienen esa información, que fueron los que descubrieron y leyeron los mensajes entre ‘Teodora’ y ‘Raúl Reyes’”.

“Antes de eso, cuando a Juan Manuel Santos le entregan el Premio Nóbel, nos encontramos [con Piedad Córdoba] en la ceremonia y ella se me acerca muy amable, me dice que para ella el día de mi liberación fue el mejor día de su vida y quiere tomarse fotos”, recordó Betancourt.

Según Betancourt, lo que esto añade a la versión que le contaron muchos años después sobre la vinculación de Piedad Córdoba en la dilatación o en la posibilidad de que ella no saliera liberada “es que el exasesor ya la identifica a ella como ‘Teodora’, cosa que ella siempre negó”.

“Yo me acuerdo que uno de los mensajes que se leen en el computador de ‘Reyes’ es una cosa en la cual ella dice: ‘No vayan a liberar a Íngrid. Ella puede que esté flaca, pero ella siempre ha sido flaca’. Es decir, ignorando la situación de salud extrema en la cual yo me encontraba en ese momento. Y ella lo pone de lado, lo descarta, simplemente para que la liberación se diera con otros, pero excluyéndome a mí”, añadió Betancourt.

“Liberan primero a Clara Rojas, a Gloria Polanco, a Luir Eladio Pérez. Eso fue una bendición, pero la intencionalidad de que no me incluyeran a mí en ese grupo pues la responsabilidad es de Piedad”, insistió Betancourt. “A mí no se me cruzó por la cabeza que Piedad hubiera podido actuar deliberadamente en impedir mi liberación. Nunca se me cruzó por la cabeza”.