El Cauca está sumido en una espiral de violencia por la presencia de grupos armados ilegales como disidencias de las Farc, el Eln y bandas criminales que se disputan el control de esa región para el narcotráfico.

Dos matanzas ocurridas en las últimas semanas se cobraron la vida de nueve personas, entre ellas cuatro miembros de la Guardia Indígena y una de sus autoridades.

Según cifras de Medicina Legal, en segundo lugar se ubicó el departamento de Nariño, con 10 casos, por delante de La Guajira (6), Arauca (4), Risaralda (3), Antioquia (2), Caldas (2), Chocó (2), Putumayo (2), Tolima (2), Atlántico, Caquetá, Cesar, Córdoba, Magdalena, Norte de Santander, Sucre y Vaupés.

El pueblo que más muertes violentas ha visto es la pasa-páez, una comunidad de la que 40 miembros han muerto en lo que va de año.

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Además, siete wayú han sido asesinados, 6 pastos, 5 emberas-chamí, 4 awá, tres embera-katio, 3 senú, 2 betoye, 2 coyaima-nataigama, 2 emberas, así como un miembros de las comunidades arhuaca, coconuca, hitnu, inga, kubego, makaguaje, muiname, totoró y de una tribu sin especificar.

Del total de nativos asesinados, 59 fueron víctimas de un homicidio con arma de fuego, 13 de un arma blanca y 8 de un elemento contundente.

Además, un persona fue víctima de arma cortante, uno más murió asfixiado y uno por un fallo térmico.

Además, 376 indígenas fueron víctimas de violencia sexual y 688 de violencia intrafamiliar.