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Grupos de hasta 80 socorristas y el apoyo de helicópteros fueron necesarios para poder terminar de conjurar un grave incendio que se había desatado desde hace más de tres días en inmediaciones del cerro Quitasol, municipio de Bello.
Las llamas afectaron cerca de 70 hectáreas de tierra y vegetación en ese sector del norte del Valle de Aburrá, según informó el comandante del cuerpo de bomberos de esa localidad, Nelson Antonio Zulaica Patiño, quien no duda de que hubo manos criminales tras la conflagración.
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También informó que las llamas comenzaron el martes 26 de diciembre pasado hacia las cuatro de la tarde y aunque las lograron sofocar esa misma noche, al día siguiente se reiniciaron por acción de los pirómanos, extendiéndose desde el sector del barrio Araucarias 2 hasta la cumbre del cerro.
Esta nueva etapa, más grave, no solo copó la capacidad operativa del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Bello, sino que requirió de apoyo por parte de sus similares de Sabaneta, Itagüí y Copacabana, más los soldados del batallón Pedro Nel Ospina.
En total, cada día se tuvieron que dedicar alrededor de 80 socorristas e igualmente solicitar la ayuda de dos helicópteros de la Dirección Nacional de Bomberos, que realizaron 21 descargas de agua sobre el área afectada.
Adicionalmente, las lluvias que cayeron en el valle de Aburrá en la tarde y noche de este jueves facilitaron la labor bomberil al punto de que este viernes se atenuaron un poco las llamas y por eso fue posible un control reduciendo la cantidad de personas a unas 50.
“Hoy lo que hicimos fue ir a mirar puntos calientes y guarda de ceniza. Hacia las doce del mediodía logramos nuestro cometido, pero fueron cerca de 40 horas de intenso trabajo”, comentó el capitán Zulaica.
En su momento, cuando reportaron el incendio, la información que les llegó a los bomberos, decía que lo había provocado un globo, pero otras versiones indicaron que se había tratado de un acto premeditado.
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Con este son ya 16 las conflagraciones que han tenido que atender los bomberos de Bello durante el mes de diciembre y la mayoría han afectado al Quitasol, siendo también lo usual que se repitan las mismas causas: “gente que sube a echarle candela a la montaña”.
Entre los motivos, podrían estar el simple placer de ver arder la naturaleza, pero también se trataría de quemar vegetación para luego sembrar, o para lotear. En este caso, casi el 60 % de la cima del Quitasol sufrió afectaciones.
Pulzo complementa:
Ante la amenaza de un incendio, la planificación y la evacuación son pasos fundamentales para la seguridad, ya que quienes estén cerca deben tener precaución.
Además, es crucial asignar a alguien la tarea de llamar a los servicios de emergencia inmediatamente al detectar el fuego.
La rapidez y eficacia en la respuesta inicial pueden marcar la diferencia en la gestión de la situación.
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