En la madrugada del pasado martes 28 de junio se presentó una terrible tragedia en la cárcel de Tuluá (Valle del Cauca), donde un incendio provocado luego de una riña entre reclusos cobró la vida de 51 personas y dejó más de 24 heridas, entre ellas dos guardianes.

De acuerdo con las primeras versiones, hacia la 1:00 de la mañana se originó una riña entre dos presos del pabellón 8 del penal y, en el momento en el que los miembros del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) intentaron controlar la situación, algunos de los 180 presos que se encontraban en el patio recogieron varias colchonetas y les prendieron fuego.

Aunque también se mencionó la teoría que apunta a que todo se trataría de un motín, un recluso puso en duda todas esas afirmaciones y dio su versión de lo ocurrido.

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Qué dijo un preso de la cárcel de Tuluá sobre el incendio

En entrevista con Blu Radio, uno de los prisioneros que se encuentra en el lugar aseguró que, cuando se presentó la emergencia, solo había un guardia en la cárcel.

“Lo que sucedió fue que por ahí a las 12:00 a. m. empezó todo. Un solo guardia llegó y se calmó la vaina, pero antes de calmarla tiró gas. La gente se desesperó y empezó a quemar colchonetas […]. Como a las dos horas empezaron a subir guardias y  tiraron más, entonces más nos ahogaron”, dijo inicialmente.

Sin embargo, una de las inconsistencias que expuso en su relato a la emisora fue que los demás miembros del Inpec no se encontraban ejerciendo su labor, sino que, al parecer, estaban en medio de un festejo.

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“El día del incendio ellos estaban celebrando… porque había un solo guardia. A la hora, que llegaron los demás guardias supuestamente a socorrer, llegaron vestidos de civiles y con chalecos del Inpec ¿Eso qué es? […]. Si los guardias hubieran prestado atención, todo esto no hubiera pasado, se hubieran salvado todos porque todo se habría controlado”, comentó a Blu Radio.

Por último, mencionó que no se trató de un intento de fuga y que, pese al humo que estaban inhalando, los guardias los dejaron dentro de las celdas.

“No hubo nada de fuga. Nadie se iba a volar. Cuando tiraron la pipeta dejaron encerrado a todo el mundo, así, como sea, la gente se va a quemar […]. Nosotros mismos tuvimos que apagar el fuego echándole agua”, añadió.