En un escrito que fue entregado a Q’HUBO, la Veeduría le solicitó a la Contraloría General de la República poner los ojos sobre la construcción del nuevo megacolegio y cuidar así los miles de millones que allí se invierten.

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Según la rectora, a la comunidad estudiantil le preocupa que a la obra no se le vea forma:

“Al parecer, según lo que se observa, la obra no va ni en el 50 por ciento de ejecución. Además, vemos muy pocas personas trabajando en campo”, expresó Losada.

Y añadió que una situación, en su opinión, de mal gusto, ocurrió el 17 de julio.

Ese día, de acuerdo con los testimonios, la Veeduría había programado con el contratista, Consorcio Desarrollo Escolar, una visita para conocer de cerca el avance de los trabajos.

“Nos informaron que debíamos cumplir ciertas medidas; que nos prestarían los elementos de protección necesarios, como zapatos cerrados y cascos, y que los estudiantes debían llevar el permiso de los padres. Cumplimos las indicaciones y cuando estábamos prestos a iniciar el recorrido, un empleado salió a decirnos que la visita no era posible, que sólo podíamos mirar desde la puerta. Nos pareció una falta de respeto”, expresaron.

En opinión de los integrantes de la Veeduría, les negaron el derecho que tienen de visitar la obra, la cual había permitido rendir un informe detallado de la construcción a padres de familia, estudiantes y docentes.

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Recordaron, además, que hace más de seis años están esperando el nuevo colegio y la obra arrancó presionada por una Acción de Tutela que instauraron en 2021.

“Nos parece una falta de respeto lo que sucedió porque el encuentro ya estaba planeado y supuestamente autorizado”, expresó Yackeline Vásquez, líder comunitaria.