Los sueños se hacen realidad. Eso lo tiene claro Óscar Julián Henao Ruiz, un antioqueño que anhelaba incorporarse al Ejército Nacional y, por ende, cuando cumplió la mayoría de edad (18 años) se presentó a la institución a pesar de que no era una tarea sencilla por su estatura.

Y es que Henao Ruiz mide 1,30 centímetros, razón por la cual su llegada a las fuerzas militares colombianas, en un principio, era difícil. Sin embargo, después de intentarlo en varias ocasiones, finalmente, Óscar logró lo que tanto quería: ser admitido en el Ejército Nacional.

Me presenté dos veces, en el momento que me hicieron exámenes no me quisieron pasar por la estatura, luego, a los ocho días, me presenté y me colaboraron para que pudiera prestar el servicio”, dijo Henao en El Colombiano.

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Óscar contó que siempre recibió todo tipo de comentarios por su estatura, pero esto no fue impedimento para seguir luchando por sus sueños; de hecho, su gran aspiración es poder hacer una carrera militar.

“Me llama mucho la atención ser militar, la idea es, si Dios lo permite, hacer la carrera militar… Me subestiman mucho por el tamaño porque no iba a ser capaz con las pruebas físicas, la idea mía era demostrar que iba a ser capaz con las pruebas”, precisó.

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El reto del polígono

Para Óscar, el polígono fue el reto más duro en el Ejército, pues no alcanzaba a tomar de la forma correcta las armas. Sus compañeros de la Séptima División lo ayudaron hasta que por fin pudo sobresalir y sacar un buen puntaje.

Cuando fui a hacer los polígonos, me daba miedo porque no alcanzaba a coger la empuñadura, me tocaba agarrar del proveedor. Lo que me ayudó mucho fue que los cuadros [compañeros] me dieron la confianza para asistir y en el momento de disparar me concentré mucho. La idea era hacer un buen puntaje y me fue bien, demostré que todo va en la mente y uno no se puede debilitar por los obstáculos“, puntualizó.