Según su testimonio, publicado en el portal web de noticias La Nueva Prensa, los agentes del Esmad que lo subieron al vehículo esa noche, en inmediaciones a la sede principal de la Universidad Nacional, lo trataron de guerrillero, lo golpearon, le rompieron su celular y gafas, dañaron su bicicleta y la de su novia y con ella usaron vocabulario sexista y ofensivo, en medio del cuestionado operativo.

De acuerdo con el relato, subido también a YouTube, esa noche (en la que otra joven fue retenida en una zona cercana de la ciudad), él ni siquiera estaba participando en las manifestaciones que tenían lugar en la Nacional, sino que pasaba en bicicleta con su novia por ese sector cuando varios policías del Esmad lo abordaron e incluso “se me arrojan encima con todo y la moto”.

Esmad

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Russi Rodríguez aseguró en dicha entrevista, hecha por la periodista Claudia Julieta Duque (quien le ha hecho seguimiento al caso), que los policías lo intimidaron y golpearon para luego subirlo esposado al vehículo, donde las agresiones habrían continuado pese a sus suplicas para que no lo maltrataran y le explicaran por qué lo llevaban en ese carro.

“En ese trayecto, el policía que iba al lado mío, mientras me iba golpeado coscorrones en la parte posterior de la cabeza, me decía: ‘ahora sí qué es lo que se la pasa gritando allá afuera todos ustedes’”, relató el estudiante a esa periodista.

Además, añadió que tras explicarle al mencionado agente que sus apreciaciones sobre él estaban equivocadas, dicho uniformado le dijo: “¿Creía que lo íbamos a desaparecer? Pues ahora sí lo vamos a desaparecer”.

El joven aseguró en la entrevista que dentro de ese vehículo duró aproximadamente 2 horas, durante las cuales no paró el maltrato hasta que llegó al CAI del barrio Nicolás de Federmán, hasta donde fue conducido ya en la madrugada del 11 de diciembre.

Allí, finaliza su testimonio, fue atendido por el policía encargado de esa estación, donde escucharon su historia, le entregaron los documentos y teléfono celular que, según él, le habían retenido al inicio del procedimiento, y le devolvieron su billetera con menos dinero del que él llevaba esa noche.

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Cabe recordar que, justo al día siguiente de la cuestionada detención, tanto de Russi Rodríguez como de la joven María Fernanda Pérez a bordo de dos vehículos particulares adscritos a la Policía, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, defendió los operativos y argumentó que el error en ellos, por lo menos en el caso de Pérez, fue dejarla en medio de la vía, en lugar de llevarla a un CAI de la institución.

“Aquí no hay un tema de retención, no hay un tema de desaparición”, dijo en su momento Penilla, tras asegurar que los dos detenidos ya se encontraban en sus respectivos hogares.

Sin embargo, dicho procedimiento fue cuestionado por Instituciones como la Personería de Bogotá, cuya directiva, Carmen Teresa Castañeda, dijo a Caracol Radio que este no era “conforme a los protocolos y al manejo de ese escenario de protesta”.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se pronunció al respecto y llamó la atención a Colombia recordando que “el uso de las fuerzas de seguridad debe centrarse estrictamente a la contención de actos de violencia, así como para garantizar el derecho a la protesta, sin ningún tipo de represión o detención arbitraria de manifestantes pacíficos”.

La Procuraduría, por su parte, abrió una indagación preliminar por los presuntos abusos que habrían cometido los agentes de la Policía en los dos casos, informó Blu Radio el pasado 11 de noviembre.