Un reversazo del Gobierno Petro ante la Corte Constitucional le dio vía libre a las disidencias de la Segunda Marquetalia para que, en un eventual proceso con el Estado, sean reconocidas bajo un estatus político.

Según el concepto más reciente de la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro es el que tiene todas las facultades para elegir con cuál grupo armado negocia y con cuál elige la vía del sometimiento.

Esa diferencia de conceptos, que parece simple, es en realidad un cambio radical que le permitiría a la Segunda Marquetalia sentarse en una mesa de negociación de paz similar a la que actualmente sostiene el Gobierno con el ELN.

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El reversazo del Gobierno

Los conceptos de Palacio sobre si la Segunda Marquetalia puede o no tener estatus político han llegado a la Corte Constitucional como parte de una demanda contra la Ley de paz total que también fue apalancada por el Gobierno Petro.

En un primer documento –enviado por el secretario jurídico de la Presidencia, Vladimir Fernández– el Gobierno había dicho que desertores como Márquez no tenían, bajo las actuales leyes, ninguna posibilidad de negociar, pues al haber traicionado los acuerdos de paz solo les quedaba el camino jurídico para someterse.

No obstante, un reversazo de la Casa de Nariño llegó apenas dos semanas después desdiciendo todo eso y argumentando, ahora, que es Petro el que puede tomar esa decisión.

El más reciente de esos pronunciamientos llegó por parte del ministro de Justicia, Néstor Osuna; el ministro de Defensa, Iván Velásquez y el mismo secretario jurídico Vladimir Fernández.

En esa nueva posición, el Gobierno asegura que es el jefe del Estado el que tiene facultades dentro de la Ley para darle estatus político a los grupos que él considere: “La determinación de adelantar negociaciones con fines políticos o de sometimiento es del resorte del Gobierno, a quien corresponde definir el tipo de proceso a seguir a partir de las circunstancias particulares y específicas de los grupos armados que hagan manifiesto su interés de negociar”, reza el nuevo concepto.

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Así las cosas, ese documento de 89 páginas busca que la decisión de ese carácter político sea exclusivamente del presidente y pueda tomarse sin necesidad de promover otra Ley o un cambio de alguna que ya existe.

Las disidencias de Iván Márquez, conocidas como Segunda Marquetalia, son un grupo de personas que firmaron el Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la extinta guerrila de las Farc y, posteriormente, retomaron las armas.

Ese grupo es diferente de las otras disidencias que están bajo el mando de Iván Mordisco porque estas últimas nunca se acogieron al Acuerdo, por lo que no son consideradas como desertoras.

Por ahora, el tema es sensible y toca varias fibras de la oposición del Gobierno Petro, quienes consideran que desertores como Iván Márquez deben someterse y no negociar.