Durante la Primera Asamblea de Organizaciones Cocaleras del Catatumbo (Norte de Santander), el presidente Gustavo Petro escuchó las problemáticas de la región y dejó clara su postura sobre el cultivo de la planta. Adicionalmente, aprovechó para reiterar su postura sobre la política contra las drogas y enfatizó en que es hora de cambiarla.

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El encuentro tuvo lugar en El Tarra (Norte de Santander), donde también hicieron presencial algunos miembros del Gobierno, incluido el Comisionado para la Paz, Danilo Rueda. Allí, se habló de la paz y de cómo buscan enfocarlo en la región, históricamente afectada por la violencia.

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Durante la Asamblea, intervinieron líderes campesinos, indígenas y cultivadores, quienes solicitaron que la administración nacional ponga en marcha “reformas a los programas de sustitución, erradicación de cultivos y la búsqueda de una economía no dependiente de la coca”.

De la misma manera, pidieron que los programas tengan enfoques hacia el cuidado del medio ambiente y la protección de su territorio. Durante el encuentro, además manifestaron que es necesario “declarar al Catatumbo una zona diferencial en el cultivo de la coca”.

Por su parte, el mandatario expresó que “el Estado debe cumplir las voluntades de la sociedad” y reiterando que es el pueblo el que tiene el poder sobre sus gobernantes, sostuvo que “los colombianos no descubrieron la cocaína y que respeta que la planta sea sagrada para algunas comunidades del país.

“Hicieron de la cocaína un negocio, que llevó a reprimir a los indígenas, ignorando el significado de lo sagrado para la comunidad”, sostuvo Petro, quien añadió que “ha fracasado la política antidrogas internacional porque gastan para reprimir pueblos extranjeros”.

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Adicionalmente, el primer mandatario manifestó que “la disminución del peso colombiano tiene que ver con que los dólares de la cocaína se queda en Wall Street (Estados Unidos), en México, en Madrid (España) y en Bruselas (Bélgica)”. Es por ello, dijo el presidente, que “se debe idear el programa para que los campesinos puedan cultivar aún hoja de coca mientras va plantando el cultivo sustituto, hasta probar que el cultivo sustituto funciona. Porque si funciona ya no hay necesidad de lo otro”. 

Petro fue enfático en que es necesario “sacar al campesinado de una economía que ya no da más de lo que dio” y dijo que esto debe ser gradual. “Se establece un periodo en donde conviven ambos hasta que podamos lograr que el cultivo sustituto sea igual o por lo menos con unos niveles de rentabilidad que garanticen el nivel de vida de esa”, añadió el presidente.