Aunque el motivo de la reunión era el choque de altos mandos entre el general Óscar Atehortúa y el inspector William Salamanca, el general Hoover Penilla será el único que abandone su cargo, aseguró ese diario.

De hecho ese medio asegura que ni siquiera se le aceptó la renuncia al general Gustavo Alberto Moreno, subdirector de la institución que había pedido la baja por supuestos problemas de salud, al tiempo que se confirmó el reintegro de Salamanca.

Presidente Iván Duque

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El elegido para ser nuevo comandante de la Metropolitana de Bogotá, de acuerdo con El Tiempo, sería el exdirector del Inpec William Ernesto Ruiz, a quien le costó el puesto la fuga de la excongresista Merlano, en octubre pasado.

Después de salir del Inpec, Ruiz se trasladó a Cali, donde su llegada no estuvo exenta de polémica. El periodista de El País de Cali Diego Martínez incluso opinó que su designación en esa ciudad era un castigo “para que afine” por lo sucedido con la excongresista.

Por si fuera poco, bajo su mando también sucedieron los confusos y violentos hechos del 21 de noviembre en la capital del Valle, durante el toque de queda en esa ciudad. Tal como pasaría después en Bogotá, el 22 de noviembre, el pánico se tomó a muchos ciudadanos que tuvieron que armarse para defender supuestos ataques de vándalos y delincuentes a unidades residenciales, situaciones que nunca quedaron del todo claras y que tenían como factor común la falta de suficiente presencia policial que garantizara la tranquilidad de las personas.

Penilla también sale de la comandancia capitalina tras ser criticado por su papel durante el control de las protestas del paro nacional. Aunque salió a darle la cara a las múltiples denuncias por abusos del Esmad, también recibió múltiples críticas por sus respuestas. Por ejemplo, por pedir que no se cuestionara por todo a la Policía y por destacar la tristeza del Policía que le disparó al joven Dilan Cruz por su carrera.

Volviendo a la razón principal de la reunión convocada por Holmes Trujillo, convocada para la tarde del 24 de diciembre en la base de Catam, en Bogotá, fuentes consultadas por El Tiempo aseguran que “fue una reunión muy incómoda, un encuentro muy frío”. Además, sostuvieron que el general Atehortúa se limitó a explicar que había tomado la decisión de enviar a Salamanca a vacaciones no por el contenido de sus investigaciones, sino porque no le habría informado de ellas.