Con el aleve ataque del Eln en Norte de Santander en el que masacró a nueve jóvenes militares que acampaban en la vereda Villa Nueva, del corregimiento de Guamalito, municipio de El Carmen (Norte de Santander), en la convulsa y fronteriza región del Catatumbo, no solo se agita el interrogante sobre la verdadera voluntad de paz de esa guerrilla, sino que renace la vieja pregunta sobre si tienen unidad de mando.

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Esa idea ha derivado del también viejo concepto de los analistas que indican que el Eln es una guerrilla confederada —una característica que se ha acentuado con su incursión desde hace años en el negocio del narcotráfico— por lo que las decisiones que se toman en la cúpula (el Coce, o, incluso, los representantes que se han sentado en mesas de negociación con varios gobiernos) no son acatadas por todas las estructuras.

Partiendo del presupuesto básico de que el Gobierno de Gustavo Petro está en un proceso de paz con el Eln sin aún haber acordado un cese el fuego, se entiende el accionar violento de esa guerrilla. Su máximo cabecilla, Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias ‘Antonio García’, prácticamente había anunciado la masacre de militares en Norte de Santander cuatro días antes de que fuera ejecutada.

“‼️Aún no existe acuerdo sobre cese el fuego entre el ELN y el Gobierno colombiano. Por tanto el ELN puede realizar acciones militares así como las hacen la Policía y las Fuerzas Armadas gubernamentales”, escribió en Twitter, intentando establecer una simetría entre la organización ilegal que encabeza con las Fuerzas Armadas de Colombia legalmente constituidas.

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A alias ‘Antonio García’ lo han señalado los analistas como el principal palo en la rueda en todos los procesos de paz que han intentado diferentes gobiernos con el Eln. Y su hostilidad a esos procesos parece que la comparten varias de estructuras subalternas. En las últimas horas se conoció un panfleto que habría difundido el denominado ‘Frente de Guerra Occidental’, en el que critican al Gobierno, diciendo que en el país no hay ningún cambio.

“No vemos con buenos ojos este proceso de paz y cada día tenemos más interrogantes e incertidumbres”, se lee en el libelo atribuido a esa estructura armada, que también se habría referido directamente a la coalición del Gobierno: “Las nuevas ‘caras’ del Pacto Histórico que se vendieron como los abanderados de la lucha contra la corrupción y el clientelismo, sacando provecho del ‘gobierno del cambio’, no suman ni restan en el Congreso y algunos de ellos tienen iguales o peores prácticas que los políticos tradicionales”.

Negociador del Gobierno, alicaído con accionar del Eln

Si bien la veracidad de este texto no está confirmada, declaraciones del jefe negociador el Gobierno en la mesa con el Eln, Otty Patiño, dejan evidencias fehacientes del accionar de esa guerrilla en Colombia mientras ‘negocia’ en la mesa con el Gobierno.

“Hay una serie de hostilidades contra la población civil. Ellos [el Eln] dirán: ‘No se ha planteado un cese al fuego, y acciones militares propiamente dichas serían admisibles’. Pero, por supuesto, frente a una delegación del Gobierno donde participan militares, y los militares han demostrado su compromiso con la paz, hacer estos hechos desde luego lacera profundamente la confianza de la institucionalidad toda”, dijo Patiño en Caracol Radio.

“Al fin y al cabo uno no puede fracturar que por un lado va el Gobierno y por otro lado van las Fuerzas Militares. El compromiso de las Fuerzas Militares ha sido indudable, y matar soldados y policías, más allá de que no se haya firmado un cese al fuego, de todas maneras, lastima profundamente todo el espíritu y toda la confianza que merece tener este proceso de negociación”, agregó.

Patiño también dijo en el mismo medio que ha hablado con empresarios de Arauca y aseguró que “las actitudes del Eln están paralizando e impidiendo el buen desarrollo económico con todos los prejuicios que eso significa para toda esa población”.