Una finca avaluada en $3 mil millones y ubicada en La Dorada, de propiedad de Adriano Aragón Torres, alias Trampas, se destinará para reparar a las víctimas del paramilitarismo. El sujeto fue integrante y comandante del Frente Puerto Boyacá desde 1994 hasta el 2006.

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Tropas del Batallón Ayacucho del Ejército de Caldas y miembros de la Fiscalía realizaron el allanamiento y se impusieron medidas cautelares de embargo, secuestro, extinción al derecho de dominio y pérdida del poder dispositivo al inmueble.

Trampas se entregó a las autoridades el 23 de julio del 2009 y se acogió a la Ley de Justicia y Paz. La finca estaba, al parecer, en manos de testaferros y pasará a manos de la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Su vida delictiva

Aragón Torres nació el 17 de mayo de 1952 en Tadó (Chocó) y se dedicó a la guaquería, luego fue jornalero y se unió con su hermano a una patrulla civil armada en 1984. En 1991 se promovió la desmovilización de este grupo ilegal, pero él se negó a acogerse.

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Alias Botalón lo designó como líder en distintas veredas de Puerto Boyacá y en el 2002 lo designaron para controlar el hurto de combustibles, hasta que en el 2003 asumió el rol de comandante del frente urbano de las autodefensas.

Trampas apoyó al grupo de Ramón Isaza en el corregimiento de Florencia (Samaná) en combates contra la guerrilla, pero un accidente con un arma de fuego lo obligó a una recuperación de un año, y en el 2004 estuvo al mando del Frente Gonzalo de Jesús Pérez hasta su desmovilización.

Sus delitos

El exjefe paramilitar fue responsable de delitos como desaparición forzada, homicidio en persona protegida, reclutamiento de menores de edad, desplazamiento forzado y concierto para delinquir.