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Durante las tradicionales Fiestas de la Cosecha en Pereira, la música folclórica se tomó las plazas públicas, dejando de lado el habitual escenario del Teatro Municipal Santiago Londoño. Este cambio ofreció un espacio más amplio y abierto, permitiendo que miles de ciudadanos se congregaran para disfrutar de ritmos autóctonos de reconocidos exponentes como Herencia de Timbiquí y Jorge Celedón. Sin embargo, el evento, liderado por la Alcaldía de Pereira, enfrentó significativos problemas logísticos que dejaron ver profundas deficiencias en la planificación, estableciendo un ambiente de controversia y descontento entre los asistentes repartidos entre zonas de silla numerada y un exclusivo espacio VIP, como reporta la fuente original.
La propuesta musical, orientada a resaltar la riqueza del folclore colombiano, logró convocar una masiva concurrencia que llenó la Plaza Cívica Ciudad Victoria a pesar de la amenaza de lluvias inminentes y el cielo cubierto de nubes. Buscando garantizar orden y seguridad, la administración municipal implementó un sistema de sillas y control de aforo siguiendo recomendaciones puntuales de la Dirección General de Riesgos (Diger). El acceso al concierto se reguló mediante boletas entregadas gratuitamente por la misma alcaldía y patrocinadores, cumpliendo con normativas para eventos multitudinarios, según lo informaron medios locales.
No obstante, la entrega de entradas derivó en confusiones y largas filas desde horas de la tarde. Esta situación, visible en los principales accesos y la zona VIP, incrementó la frustración cuando, llegada la hora del espectáculo, numerosos asistentes con boleta legítima quedaron fuera al haberse superado el cupo disponible. La presión del público culminó cuando algunos decidieron irrumpir las barreras de seguridad para ingresar en masa, un incidente que impactó incluso a autoridades presentes como el rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien se retiró sin asistir al evento dada la falta de garantías, según testimonios recogidos por la fuente original.
Dentro del recinto, el malestar persistió: los pasillos llenos de personas de pie dificultaban la vista a los ubicados en sillas, generando enfrentamientos verbales y mayor inconformidad. Afuera, seguían las protestas de quienes, pese a tener entrada, no pudieron acceder. Esto puso en evidencia la fragilidad de la organización, la necesidad de transparencia y la importancia de equilibrar inclusión cultural con condiciones logísticas adecuadas.




Este tipo de dificultades no es nuevo en Colombia ni aislado al caso pereirano. Experiencias similares en ciudades como Bogotá y Medellín han impulsado la mejora de mecanismos de control de aforo, como el registro digital y campañas de información, para prevenir sobreventa y falsas expectativas (Ministerio de Cultura de Colombia, 2024). La Fundación Gabo subraya que el periodismo de investigación cumple una función crucial al exponer estos fallos y favorecer la exigencia de prácticas responsables en actos públicos. Así, lograr un balance entre acceso ciudadano y seguridad resulta esencial.
Por otro lado, los conciertos al aire libre traen consigo desafíos adicionales, como la gestión de condiciones climatológicas adversas. Entidades como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insisten en la articulación entre organismos de seguridad, salud y cultura para anticipar y manejar estos riesgos. La improvisación no solo afecta la experiencia sino que también puede transformar escenarios festivos en contextos de peligro.
En síntesis, el incidente en las Fiestas de la Cosecha reaviva el debate sobre el reto de promover eventos culturales masivos sin descuidar la planificación rigurosa. El resultado es una lección valiosa para la administración local: la pasión ciudadana por la música y la cultura debe canalizarse garantizando tanto la seguridad como la inclusión, evitando repetir errores del pasado. La vigilancia crítica por parte de la sociedad y la prensa sigue siendo indispensable para que la cultura florezca con transparencia y responsabilidad.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Por qué es importante el control de aforo en eventos masivos?
El control de aforo es clave para garantizar la seguridad de todos los asistentes en espectáculos multitudinarios. Las normativas obligan a limitar el número de personas en un espacio determinado, minimizando riesgos de accidentes, pánico colectivo o dificultades en la evacuación en caso de emergencia.
En Colombia, como indica el Ministerio de Cultura, adaptar y cumplir con protocolos y capacidades máximas ha sido una respuesta recurrente tras eventos con incidentes similares, permitiendo que la cultura se viva en escenarios seguros y organizados. La planeación anticipada y la tecnología adecuada son componentes esenciales en estos procesos.
¿Cómo afectan las condiciones climáticas la organización de eventos públicos?
Las condiciones meteorológicas adversas representan desafíos significativos para actos al aire libre, pues pueden provocar desde incomodidades menores para el público hasta riesgos graves en caso de tormentas, vendavales o lluvias intensas.
La experiencia en eventos culturales recientes, como el de Pereira, evidencia la necesidad de tener protocolos de contingencia y coordinación estrecha con organismos de emergencia. Según la OPS, una adecuada planificación puede transformar potenciales amenazas en situaciones controladas, preservando tanto el disfrute cultural como la integridad de los asistentes.
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