El director de la corporación Corpades, Fernando Quijano, aseguró a la revista Semana que el armamento de alto calibre incautado en la región tiene como fin “preparar a las bandas para las confrontaciones por el poder en el territorio“.

Quijano habla de la influencia de capos brasileños y mexicanos, que estarían “preparándose para cuando se acabe la guerra fría entre las dos facciones de la oficina y empiece la de verdad“.

Según él, armas de última generación entrarían por las fronteras con Venezuela y Ecuador provenientes de Estados Unidos, donde “no están controlando la industria liviana”.

Una última incautación contenía “pistolas, revólveres y uzis, además de cartuchos y silenciadores“, pero también habría fusiles M4 y pistolas automáticas, de acuerdo con ese medio.

Todo este arsenal alcanza las 250 unidades solo en Medellín, en lo corrido del año: “todas de fabricación extranjera: gringas, europeas, rusas, israelíes”, agrega.

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Por si fuera poco, el Eln también entraría en la pugna. Las autoridades tendrían indicios de que otro cargamento de armas decomisado en febrero estaba dirigido a una facción urbana de esa guerrilla que opera en Bello y Medellín.

Ese lote, según la revista, estaba compuesto por “siete fusiles, siete pistolas nueve milímetros, siete silenciadores, una ametralladora M60, tres granadas de mortero y municiones“.