“Nos contaron que en los baños estaban haciendo encerronas. Entonces que debíamos tener mucho cuidado de no ir solas, ni siquiera entre dos sino en grupos grandes”.

No obstante, después de esta advertencia la persona agredida (a quien por seguridad llamaremos Camila) se dirigió al baño y “un tipo se fue detrás de ella”. La historia la cuenta una estudiante de la Universidad de Caldas, compañera de Camila, quien hace referencia a lo sucedido en los baños de la sede Bicentenario, conocida como Micaela.

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Cuando Camila llega a la entrada se topa con un sujeto, a quien le dice: “Este es el baño de mujeres, pero a él no le importó. La empujó y la tocó de manera indebida. Ella empezó a gritar y se asustó y se fue”.

Luego de esto la estudiante se comunicó con sus compañeros de clase para que fueran por ella. “La encontramos con marcas en el cuello y la cintura”, cuenta esta amiga de la víctima.

No es la primera vez

Estudiantes aseguran que llevan unos dos meses con denuncias por acoso en la U. de Caldas. Sin embargo, no fue hasta el martes, cuando se presentó el caso de Camila, que las autoridades tomaron medidas.

“Se han puesto denuncias y siempre quedan archivadas. No se ha hecho nada al respecto, lo que pasó ayer (martes) fue el detonante”, relata una alumna de Artes Escénicas.

Lo que piden

La estudiante de Artes comenta lo que dijo su compañera: “Salgo inmediatamente para la Rectoría. Allí me dejaron esperando una hora y media. Luego la rectora encargada dijo que lo sentía, pero que ya casi tenía que almorzar”.

Simultáneamente los estudiantes llamaron a la Policía con el propósito de que se desplazara a atender el caso. “Primero le hicieron las preguntas y le recomendaron que para la próxima debía ponerle atención a la cara del agresor, o sea, no se tiene un protocolo de precaución. Están esperando que pase otra vez”.

La alumna agrega que cerca de 60 estudiantes decidieron hacerle presión a la Policía, porque “no querían llevarse al agresor”. Argumenta que por estas situaciones muchas mujeres deciden callar. “No hay ninguna autoridad que diga: venga que usted no está sola”.

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Ante esto, desde el miércoles efectuaron plantones y tomas artísticas para exigirles respaldo a las instituciones y a la Universidad para la seguridad de los estudiantes.

Ayer la intervención estuvo a cargo de las estudiantes de Artes Escénicas, quienes presentaron un performance rechazando los actos de acoso y abuso. Los jóvenes de otras facultades marcharon alrededor de la sede gritaron arengas como, “señor y señora no sea indiferente que matan mujeres al frente de la gente” y “fuera violadores”.

De la Rectoría

Sobre el asunto, la rectora de la U. Luisa Fernanda Giraldo, responde: “La administración universitaria rechaza contundentemente el acto reprochable ocurrido en el campus Bicentenario en contra de la dignidad y libertad de una de nuestras estudiantes”.

En relación con las medidas tomadas, Giraldo indica que se inició el protocolo que contempla la Política de Género. Además, que han aumentado los guardias de seguridad en el campus Bicentenario, que clausuraron la entrada a esta sede por el barrio Fátima, mientras se adoptan las adecuaciones físicas que garanticen un mayor control en el acceso. Allí, las actividades académicas quedaron suspendidas ayer y hoy.

Añade: “… se hace un llamado a toda la comunidad universitaria a denunciar estos hechos, haciendo uso, tanto de las herramientas con las que se disponen internamente (Ruta de atención de violencia de género) como externamente (Fiscalía General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, entre otros)”.

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Reflexiones de un padre

La hija de César estudia Artes Escénicas en la U. de Caldas. El señor considera la situación tan delicada en la sede Bicentenario que el retiro de su hija de la carrera ya es una opción.

  • “Tengo una hija de 17 años. Los salones principales quedan en el sector de la Micaela. Ya son tres días de comentarios de mi hija, recogido de sus compañeras que han recibido acoso en los baños”.
  • “Ella me dice que les están exigiendo que lleven el carné para una entrada más adecuada en la portería principal, y la otra por el acceso secundario por el ICA. Sienten que el tema no sirve. Las personas entran como ‘Pedro por su casa’, no hay registro, los maletines no son revisados totalmente. Piden mayor atención para la seguridad y protección”.
  • “También hablan de microtráfico en esa ruta que es solitaria entre la cafetería y la llegada a la sede”.
  • “La inquietud de ellas es que falta más proactividad de la administración para solucionar el tema. Creen que es necesario que las autoridades, de la U. y de organismos de seguridad de la ciudad, tomen cartas en el asunto de inmediato”.
  • “Como papá de una estudiante hablo sentidamente de esto. Lo hago porque quiero que la U. cumpla lo que promete cuando recibe a un estudiante en primer semestre. Por ejemplo, la Unidad de Bienestar Universitario se presenta como muy solidaria. Nos dicen en la inducción a alumnos y padres que está a disposición, que pueden contar con esa unidad, que los papás pueden exponer sus casos y hablar a nombre de sus hijos. Sin embargo, no parece ser así”.

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Los estudiantes reprochan lo ocurrido

Estudiante 1

“Es muy triste que en la Universidad, que se supone que es un lugar seguro para nosotras, ocurran estas cosas, que no nos podemos sentir seguras ni siquiera en un ámbito educativo: ni protegidas, ni acogidas por la Administración, por nuestros compañeros y por los profesores”.

Estudiante 2

“Se lleva tanto tiempo haciendo denuncias, queriendo que nos escuchen, y que tenga que ocurrir algo como esto para que de verdad pase lo que está sucediendo en este momento, que es que nos estamos haciendo sentir. Ojalá que las cosas puedan cambiar, que los que todavía cometen este tipo de cosas se puedan repensar”.

Estudiante 3

“Es una bola de nieve porque el semestre pasado también tuvimos una coyuntura de violencias de género de la que no se habla. Es bastante complejo que la universidad apenas se empieza a movilizar luego de que hay un intento de violación”.

Estudiante 4

“Es decepcionante porque este es un lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y no podemos sentirnos seguras. Aunque hemos denunciado muchas veces casos de acoso, las autoridades no han hecho nada, porque siempre nos dicen que no hay pruebas y que si no hay pruebas, no se puede hacer nada”.

Estudiante 5

“La única decisión grande para ellos es cerrarnos la Micaela y cerrar y clausurar los baños de ella. El problema no es el lugar, sino las personas que concurren en esos lugares”.

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