En la tarde de este lunes 22 de agosto el patrullero se presentó junto a su abogado en una URI de Sincelejo. Bolaños Castro es uno de los uniformados a los que este lunes, más temprano, se les dicto orden de captura por los asesinatos.

El patrullero, asegura El Universal, se presentó voluntariamente para colaborar con la Fiscalía, “mostrar su inocencia” y esclarecer las muertes de Carlos Alberto Ibáñez, Jesús David Díaz Monterroza y José Carlos Arévalo.

Bolaños Castro es uno de los ocho policías que fueron suspendidos del cargo por estos hechos y es investigado por los delitos de homicidio y ocultamiento de pruebas.

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Isaac Castro, abogado del patrullero, aseguró que su cliente ha aportado “valiosa información para el esclarecimiento de estos hechos”, y su testimonio es clave porque iba detrás del volante de la camioneta en la que fueron detenidos los jóvenes acusados de pertenecer al ‘Clan del Golfo. En ese vehículo habrían recibido los disparos y habrían sido trasladados a un hospital, donde fallecieron minutos después.

El Heraldo, por su parte, citó al jurista para recoger parte de la versión que ha entregado Bolaños Castro sobre lo que cree que sucedió en la parte de atrás de la camioneta que conducía:

“[…] Se dirigen al cruce de Chochó, cuadra la camioneta y le suben unas personas a la camioneta. […] Colocó la sirena y a alta velocidad se dirigió a la clínica María Reina. Él manifestó que en la vía a Las Palmas escuchó las detonaciones, que él pensó que eran piedras que golpeaban el platón de la camioneta y continuó hasta la clínica María Reina. Él manifestó que una vez paró en el CDA, cerca de la avenida Ocala, observó que Benjamín Núñez se bajó a pedirle vía a los carros para que pasara la camioneta y se pasó para la otra”, agregó.

Fueron en total 11 órdenes de captura y entre los otros 10 investigados está el ex comandante operativo de la Policía en Sucre, el teniente coronel Benjamín Darío Núñez Jaramillo, que salió del país días después de los hechos. El oficial ha sido señalado de jalar el gatillo para asesinar “a sangre fría” a los jóvenes.