“El que me traiga quiénes son los que están filtrando la información de lo que está saliendo en la prensa le damos 100 millones de pesos o seis meses de permiso”, dijo el general Quirós en el auditorio del batallón de ingenieros militares, el pasado 7 de junio, en una reunión contra sus hombres de contrainteligencia, de acuerdo con la revista.
Ante esa expresión, asegura el medio, varios uniformados quedaron “sorprendidos” porque, según le dijeron a Semana, ellos no pueden recibir esa clase de recompensas por ser funcionarios públicos, además de que se les generó la incertidumbre del origen de esa plata y “¿cómo la iban a legalizar?”.
“Sabíamos que estaban desesperados por saber de dónde está saliendo la información que está apareciendo en los medios, pero quedamos sorprendidos cuando dijo eso en la reunión. ¿De dónde iba a sacar esa plata?”, manifestó uno de los militares a la revista.
Esta reunión fue posterior a una que se hizo en la sede de la Segunda División en Bucaramanga, asegura Semana, donde les hicieron pruebas con polígrafos y entrevistas a cerca de 15 militares que fueron citados con pretextos, y que hasta el director de Human Rights Watch, Miguel Vivanco, cuestionó.
Pese a que el comandante del Ejército negó esos hechos, el medio asegura que tiene videos, audios y fotografías de que esa reunión sí se dio.
Además, la revista asegura que el Ejército también estaría haciendo seguimientos y hasta amenazas contra los uniformados que entregan y reciben información que deja mal parados a los altos oficiales de la institución.
“Todo comenzó por saber quién contó y entregó los famosos formatos para duplicar los resultados, pero el fondo de esa persecución es sobre todo para evitar que se conozcan casos de corrupción de todo tipo en los altos niveles”, dijo uno de los oficiales a Semana.
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